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Año 1999 -
Mensaje del 25 de enero de
1999
¡Queridos hijos! Los invito nuevamente
a la oración. No tienen excusa al decir que
tienen que trabajar más, porque la naturaleza
duerme aún en un sueño profundo. Abránse
en la oración. Renueven la oración en
sus familias. Pongan la Sagrada Escritura en un lugar
visible en sus familias, leánla, medítenla
y aprendan cómo Dios ama a su pueblo. Su amor
se manifiesta también en este tiempo, al enviarme
a ustedes para llamarlos al camino de la salvación.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de febrero
de 1999
¡Queridos hijos! También hoy estoy
con ustedes, de una manera especial, meditando y viviendo
en mi corazón la Pasión de Jesús.
Hijitos, abran sus corazones y denme todo lo que tienen
dentro: las alegrías, las tristezas, cada dolor,
hasta el más pequeño, para poder ofrecerlos
a Jesús, a fin de que El, con su infinito amor,
queme y transforme sus tristezas en el gozo de Su
Resurrección. Por eso, hijitos, los invito
ahora de manera especial para que sus corazones se
abran a la oración, de modo que a través
de la oración, lleguen a ser amigos de Jesús.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de marz de
1999
¡Queridos hijos! Los invito a la oración
de corazón. De manera especial, hijitos, los
invito a que oren por la conversión de los
pecadores, de aquellos que con la espada del odio
y sus blasfemias cotidianas traspasan mi corazón
y el Corazón de mi Hijo Jesús. Hijitos,
oremos por todos los que no desean conocer el amor
de Dios, aunque están en la Iglesia. Oremos
para que se conviertan, a fin de que la Iglesia resucite
en el amor. Hijitos, únicamente con el amor
y la oración, podrán vivir este tiempo
que les ha sido dado para la conversión. Pongan
a Dios en primer lugar, así, Jesús Resucitado
llegará a ser su amigo. ¡Gracias por
haberrespondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de abril de
1999
iQueridos hijos! También hoy los invito
a la oración. Hijitos, sean portadores gozosos
de paz y de amor en este mundo sin paz. Por medio
del ayuno y de la oración, testimonien que
son míos y que viven mis mensajes. Oren y busquen!
Yo oro e intercedo por ustedes ante Dios, para que
se conviertan, para que su vida y su comportamiento
sean siempre cristianos. Gracias por haber respondido
a mi llamado!
Mensaje del 25 de mayo de
1999
¡Queridos hijos! Hoy también los
invito a que se conviertan y crean más firmemente
en Dios. Hijitos, ustedes buscan la paz y oran de
diferentes maneras, pero aún no han dado su
corazón a Dios, para que El lo llene con Su
amor. Por eso estoy con ustedes, para enseñarles
y acercarlos al amor de Dios. Si aman a Dios por encima
de todo, les será fácil orar y abrirle
vuestro corazón. ¡Gracias por haber respondido
a mi llamado!
Mensaje del 25 de juni de
1999
¡Queridos hijos! Hoy les agradezco porque
viven y testimonian con su vida mis mensajes. Hijitos,
sean fuertes y oren para que la oración les
de fuerza y gozo. Sólo así cada uno
de ustedes será mío y yo lo guiaré
por el camino de la salvación. Hijitos, oren
y testimonien con su vida mi presencia aquí.
Que cada día sea para ustedes un testimonio
gozoso del amor de Dios. ¡Gracias por haber
respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de julio de
1999
¡Queridos hijos! Hoy también me
regocijo con ustedes y a todos los invito a la oración
de corazón. Hijitos, los invito a que todos
agradezcamos a Dios aquí conmigo por las gracias
que les da a través de mí. Deseo que
comprendan que aquí quiero crear no sólo
un lugar de oración sino también de
encuentro de corazones. Deseo que mi corazón,
el de Jesús y vuestro corazón se fundan
en un corazón de amor y de paz. Por tanto,
hijitos, oren y alégrense por todo lo que Dios
hace aquí, a pesar de que Satanás provoca
pleitos e intranquilidad. Yo estoy con ustedes y los
conduzco a todos por el camino del amor. ¡Gracias
por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de agost de
1999
¡Queridos hijos! También hoy los
invito a que en los colores de la naturaleza glorifiquen
a Dios Creador. El les habla incluso a través
de la flor más pequeña acerca de su
hermosura y de la profundidad del amor con el cual
los creó. Hijitos, que vuestra oración
brote del corazón como agua fresca de manantial.
Que los campos de trigo les hablen sobre la misericordia
de Dios hacia cada creatura. Por lo tanto, renueven
la oración de agradecimiento por todo lo que
les da. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de septiembre
de 1999
¡Queridos hijos! Hoy los invito nuevamente
a que lleguen a ser portadores de mi paz, de manera
especial ahora, cuando se habla de que Dios está
lejos y en verdad nunca ha estado más cerca
de vosotros. Los invito a que, leyendo la Sagrada
Escritura, renueven la oración en vuestras
familias y experimenten el gozo en el encuentro con
Dios, quien ama infinitamente a sus creaturas. ¡Gracias
por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de octubre
de 1999
¡Queridos hijos! No olviden: este es un
tiempo de gracia, por lo tanto, oren, oren, oren!
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de noviembre de 1999
¡Queridos hijos! También hoy los
invito a la oración. En este tiempo de gracia,
que la Cruz sea una señal de amor y de unidad
por medio de la cual llega la verdadera paz. Por lo
tanto, hijitos, oren especialmente en este tiempo
para que en sus corazones nazca el Niño Jesús,
creador de la paz. Sólo con la oración
llegarán a ser mis apóstoles de la paz
en este mundo sin paz. Por eso, oren hasta que la
oración se convierta en gozo para ustedes.
¡Gracias por haber respondido a mi llamado!
Mensaje del 25 de diciembre
de 1999
¡Queridos hijos! Este es un tiempo de
gracia. Queridos hijitos, hoy de una manera especial
con el Niño Jesús que llevo en mis brazos
les doy la posibilidad de dicidirse por la paz: Por
vuestro Sí a la Paz y vuestra decisión
por Dios, se abre para vosotros una nueva poosibilidad
de paz. Solamente así, hijitos, el tiempo de
este siglo, será para vosotros un tiempo de
paz y de prosperidad. Por eso, pongan al Niño
Jesús recién nacido, en el primer lugar
de vuestra vida y El les conducirá por el camino
de la salvación. ¡Gracias por haber respondido
a mi llamado!