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del Padre Francisco Verar

Mensajes de la Santísima Virgen María Reina de la Paz del 25 de diciembre de 2011, Medjugorje Bosnia-Herzegovina y reflexión del P. Francisco Ángel Verar

"Queridos hijos, también hoy les traigo entre mis brazos a mi Hijo Jesús para que Él les de su Paz. Oren hijitos y testimonien para que en cada corazón prevalezca, no la paz humana sino la paz divina que nadie puede destruir. Esa es la paz del corazón que Dios da a aquellos que ama. Todos ustedes por medio del bautismo son llamados y amados de manera especial, por eso testimonien y oren para que sean mis manos extendidas en este mundo que anhela a Dios y a la paz. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!"

1. La Madre destaca el misterio de la Navidad
Desde que iniciaron las apariciones de la Virgen en Medjugorje, la Navidad siempre ha sido una de las fiestas más significativas. Se recuerda que la primera vez que los videntes vieron a la Virgen en la Colina —24 de junio de 1981—, sostenía en sus brazos a Jesús recién nacido y desde entonces, a los largo de estos treinta años, cada 25 de diciembre aparece del mismo modo. Téngase en consideración, que aún tres videntes tienen el privilegio de verla todos los días: Vicka, Marija e Iván, y Mirjana tiene la aparición el día 2 de cada mes. Por otro lado, Ivanka ve a la Virgen el 25 de junio cada año y Jakov, por su parte, cada 25 de diciembre. Entonces, cuatro de los videntes, también este año el día de la Navidad, vieron a la Virgen que sostenía en sus brazos al Niño Jesús el día de la Navidad. La Madre nunca les ha dicho a los videntes porqué aparece de esta manera cada ni ellos se lo han preguntado. Pero es obvio que de esta forma, la Madre de Dios, quiere resaltar el origen divino de Jesús (unión hipostática) y la relación existente entre Ella y la Santísima Trinidad.

El mensaje principal de este 25 de diciembre comienza de esta manera:"Queridos hijos, también hoy les traigo entre mis brazos a mi Hijo Jesús para que Él les de su Paz". La expresión recuerda que por treinta años consecutivos, cada 25 de diciembre, la Madre ha prensado al Niño Jesús para ser reconocido como Hijo de Dios y Salvador del mundo, Portador de la verdadera Paz. Obsérvese, que en el mensaje la Madre destaca que quien trae la paz es Jesús y no Ella; a pesar de mostrarlo infante. Y lo presenta así, no porque de esta manera permanece en el Paraíso sino para subrayar el misterio de su nacimiento como Hijo de Dios en el mundo, es decir: para subrayar el valor de los méritos de su tierna infancia que hablan por la eternidad.

2. Orar y dar testimonio al inicio de un nuevo año.
En el mensaje la Madre también dice:"Oren hijitos y testimonien para que en cada corazón prevalezca, no la paz humana sino la paz divina que nadie puede destruir. Esa es la paz del corazón que Dios da a aquellos que ama." Quizás sea esta la parte más significativa del mensaje, toda vez que la Madre se sirve del misterio de la Navidad para invitar a sus hijos de nuevo a la oración y para dar testimonio. Por consiguiente, se debe observar que es eso lo que la Madre pide a todos en esta Navidad y al inicio de un nuevo año civil. Sabido, que a lo largo de estos treinta años y seis meses que la Madre aparece, el énfasis de sus mensajes ha recaído siempre en la oración personal, familiar, comunitaria y litúrgica, y la Navidad es tiempo propicio para retomar la tarea. La Madre entonces, espera que las fiestas de fin de año no distraigan a nadie de tal esencial llamada. Por tanto, cada cual en medio de sus posibilidades, debe responder. Y una manera de hacerlo es permanecer en oración junto al pesebre familiar, o bien, visitar lo más posible el sagrario, rezar la Liturgia de las Horas y el santo rosario, particularmente los misterios de gozo. Además, hay que advertir, que la Virgen ha hablado nuevamente de la importancia del testimonio cristiano. Tema que ha evidenciado muchas veces en el año que ha terminado. Quizás, porque mientras observa desde el cielo a sus hijos, percibe en gran escala, como se abre cada día más la brecha entre la fe y vida. Y frente a ello no hay más que responder que con la conversión. Entonces, es necesario que se tome en serio esta llamada. Un día dijo la Madre: "lo que sucederá en el mundo depende de ustedes" .

En el mensaje de este 25 de diciembre, la Virgen propone que se lleve la paz a la humanidad por medio del testimonio de vida. Recuérdese que Jesús proclamó: "Bienaventurados los que trabajan por la Paz" y cuando el Señor pensaba en esta dedicación, pensaba en el ejemplo de vida. Una vez dijo la Virgen: "Si ustedes viven mis mensajes, no tendrán necesidad de repetirlo con palabras porque quienes los vean se darán cuenta de lo pido". La Virgen no tiene necesidad de decirle cada día a los videntes que viene por la paz del mundo. ¡Suficiente verla! Porque el rostro de la Virgen siempre irradia paz. Y de igual manera debe ocurrir con el testimonio de sus hijos; exactamente como ocurrió con Moisés al descender del Sinaí. La Escritura afirma que los israelitas que presenciaban el rostro de Moisés al descender del Sinaí, irradiaba la gloria de Dios. Y por tanto, no tenían necesidad que Moisés los convenciera que había hablado con Dios, porque su rostro lo decía todo. Y lo mismo debe ocurrir hoy en todo hijo de María y discípulo de Cristo: somos todos portadores de paz a través de nuestra conducta, de nuestro ejemplo; sin necesidad de palabras; sin necesidad de hablar de los mensajes de la Virgen. Y adviértase, que todo depende de la vida de oración; como Moisés lo hacía: cara a cara con Dios, como un amigo trata a un amigo. Obsérvese cómo la Madre enfatiza en el mensaje de este 25 el desafío: "Oren hijitos y testimonien para que en cada corazón prevalezca, no la paz humana sino la paz divina que nadie puede destruir."

3. La paz don de Dios.
En el mensaje la Virgen destaca dos clases de paz, pero a Ella sólo le interesa una: la paz divina, la paz que Dios da, la paz como fruto del verdadero testimonio, la paz que Jesús quiere que prevalezca en cada corazón. Y señálese, que nadie puede dar lo que no tiene. Por eso antes de hablar que María aparece en Medjugorje hay que tomar con responsabilidad sus mensajes y el evangelio de Jesucristo: principal fuente de paz. La Madre ha dicho que "la paz comienza en el propio corazón para luego difundirla en la propia familia". También ha dicho que "hay que orar por la paz: para que ella prevalezca como un don de Dios permanente en el corazón". Estos mensajes no son novedosos pero sí urgentes y actuales frente al mundo que nos rodea. Es un aspecto del evangelio que fácilmente se puede olvidar, y que por lo mismo habría que retomar con fuerza y dedicación, como Francisco de Asís y Clara en su época, como muchos santos lo hicieron.

4. "Manos extendidas" de María
El mensaje termina destacando la importancia de ser discípulos de la Virgen en el mundo contemporáneo. La expresión "manos extendidas" que la Madre ha utilizado muchas veces en sus mensajes está vinculada a la eclesiología de san Pablo. En efecto, el Apóstol afirma que en Cristo "todos formamos un solo Cuerpo". Por lo que se debe recordar que María es Madre del Cristo total. Es decir, de la cabeza (Cristo) como de cada uno de los miembros del Cuerpo. Ser "brazos extendidos de María" en el mundo es una responsabilidad que corresponde a todo bautizado, hijo de María y miembro del Cuerpo de Cristo que es la Iglesia.

Para finalizar, también hay que tener presente el mensaje que primero la Madre transmitió por medio de Jakov, porque de esta manera si comprende mejor la llamada que hizo: "Queridos hijos, hoy de manera especial deseo conducirlos y entregarlos a mi Hijo. Hijitos, abran sus corazones y permitan a Jesús que nazca en ustedes, porque solamente así, hijitos, ustedes mismos podrán experimentar su nuevo nacimiento y, con Jesús en sus corazones, emprender el camino hacia la salvación. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!" Cuando Jesús permanece en el corazón no es difícil comprometerse con la paz y dar testimonio de su amor en el mundo, como tampoco será difícil orar. Es cierto que para tener a Jesús en el corazón hay que orar, pero si no se le abre las puertas del corazón de par en par tampoco se puede orar correctamente. Recuérdese, que antes que María en Nazaret quedara en cinta de Jesús Ella ya sabía orar, pero al tenerlo presente en su vientre, sin lugar a dudas, pudo orar más. Por lo tanto, quien tiene a Jesús en su corazón no le será difícil permanecer en oración y dar testimonio de su amor en el mundo.

Mensaje de la santísima Virgen María Reina de la Paz del 30 de diciembre de 2011 por medio de Iván Dragicevic en la Colina de las apariciones, Medjugorje Bosnia-Herzegovina.

"Queridos hijos, también hoy la Madre los invita con alegría: sean portadores míos, los portadores de mis mensajes en este mundo cansado. Vivan mis mensajes, acojan mis mensajes con responsabilidad. Queridos hijos, oren junto a mí por los proyectos que deseo realizar. En particular, hoy los invito a orar por la unidad, por la unidad de mi Iglesia, de mis sacerdotes. Queridos hijos: oren, oren, oren. La Madre ora con ustedes e intercede por todos ustedes delante de Su Hijo. Gracias, queridos hijos, también hoy por haberme acogido, por haber acogido mis mensajes y porque viven mis mensajes"


El mensaje que la Virgen dio en forma extraordinaria en la Colina de las apariciones el pasado 30 de diciembre, ante miles de peregrinos, se puede ver como una extensión de los dos anteriores. El mensaje enfatiza nuevamente el deber del testimonio mariano, de la presencia prolongada de la "Gospa" en la vida de sus hijos. Y la Virgen invita a cada peregrino y devoto suyo, a que tomen con responsabilidad su venida a la tierra y la urgencia de llevar sus mensajes. Por otro lado, invita a orar urgentemente por sus intenciones, por sus proyectos que espera realizar, y enfatiza: orar por la unidad de la Iglesia y de los sacerdotes, y repite nuevamente:"oren, oren, oren."

Si es cierto que el mensaje la Virgen lo dio frente a los peregrinos que estaban en la aparición, no por eso se puede pasar por alto la urgencia de la intención que la Madre lleva en su Corazón Inmaculado estos días, toda vez que nadie más que Ella conoce la situación por la que atraviesa hoy el Cuerpo de Cristo. Por lo tanto, al inicio de un nuevo año pide como tarea prioritaria orar continuamente por estas intenciones. Entonces —en lugar de juzgar o criticar—, lo que la Iglesia y los sacerdotes más necesitamos en este momento, son oraciones y sacrificios continuos.

¡Santo y feliz santo Año del Señor 2012!

 

LA VIRGEN MARÍA NARRA LA NAVIDAD EN MEDJUGORIE

por P. Francisco Á. Verar Hernández

La diaria presencia de la Virgen María en Medjugorie, por más de 26 años, es la más grande intervención de Dios, después de Pentecostés, en la historia de la humanidad. Y una vez reconocida la sobrenaturalidad del fenómeno por parte del Magisterio: será el acontecimiento eclesial que más realce dará a la figura de María en la historia. Recordemos que en Medjugorie, la Virgen María, le narró durante dieciocho meses su vida a los videntes. Y a Vicka, le pidió que lo pusiera todo por escrito. Vicka llegó a escribir tres cuadernos y espera la indicación de la Virgen para que "esta vida" se publicada. Según Vicka, la Virgen le narró su vida desde su nacimiento hasta su Asunción a los cielos. Esta narración termino en Pentecostés de 1983.

Otro dato interesante, es que los videntes afirman que la Virgen les dijo, mientras corría el año 1984, que el día del Bimilenario de su nacimiento era el 5 de agosto. Aquel mismo año, una de las videntes, Jelena tuvo la siguiente visión de la Navidad, el 25 de diciembre. Esta visión aparece el libro "Oren Juntos con el Corazón Alegre", del Padre Slalvko, quien fuera Padre Espiritual de los videntes.

-"La Virgen me había prometido el 22 de diciembre, que el 25 me iba a mostrar como vivió la Navidad; y tuve la siguiente visión:

-Al inicio vi un ángel, que luego desapareció. De inmediato todo se volvió oscuridad y de la oscuridad, poco a poco, apareció un cielo estrellado. En el horizonte vi a alguien que se acercaba. Era san José con un bastón en la mano. Caminaba sobre una calle empedrada y en el fondo, hacia donde se dirigía, vi varias casitas iluminadas. Al lado suyo, vi un mulo, y sobre él, vi a la Virgen muy triste, mientras le decía José: "Estoy muy cansada. Mucho desearía que alguien nos hospedara esta noche". Y José contesto: "Allí hay casas. Pediremos allí". Al acercarse a la primera casa, José llamó a la puerta. Alguien le abrió, pero a penas vio a José y María, cerró inmediatamente la puerta. Esta escena se repitió varias veces. Y en algún caso, para incitarle a María y a José que no llamaran a las puertas mientras se dirigían hacia sus casas, llegaron hasta a apagar las luces interiores. Ambos estaban muy tristes, y José particularmente estaba muy adolorido, confundido y turbado por todos estos rechazos. María en medio de su tristeza lo animó diciéndole: "¡José: conserva la paz!, ¡el día de la alegría ha llegado! Sin embargo, ahora deseo orar contigo porque hay mucha gente que no le permite a Jesús nacer!".

"Después de haber orado, María dijo: "¡José, mira: allá abajo hay un establo! En verdad allí no duerme ninguno. Seguramente está abandonado". Y de esta manera se dirigieron hacia allá. Adentro hay un mulo y llevan también el suyo delante del pesebre. Entonces, José recoge un poco de leña para encender el fuego. Luego coloca un poco de paja; pero el fuego se apaga inmediatamente, porque tanto la leña como la paja estaban sumamente húmedas. Mientras tanto, María, busca como calentarse cerca de los mulos.

Sucesivamente, se me presentó una segunda escena. El establo, que hasta ahora estaba poco iluminado, de pronto se iluminó como si fuera de día. Y de momento, cerca de María, vi al Niño Jesús recién nacido, mover las manitas y los piecesitos. Tiene un rostro sumamente dulce; parece que ya sonríe. El cielo, por otra parte, se llena de muchas estrellas luminosas. Arriba del establo vi dos ángeles que llevaban en la mano algo parecido a una bandera grande, sobre la cual estaba escrito "¡Te glorificamos, oh Señor!". Sobre estos dos ángeles, había un enorme ejército celestial que cantaba y glorificaba a Dios. Luego, algo distante del establo, vi un grupo de pastores que cuidaba su rebaño. Están cansados y algunos ya dormían. Y he aquí que un ángel se les acerca y les dice: "Pastores escuchen la buena nueva: ¡Hoy Dios ha nacido en medio de ustedes! Lo encontrarán recostado en el pesebre de aquel establo. Sepan que lo que les digo es cierto". De inmediato los pastores se dirigieron hacia el establo y, habiendo encontrado a Jesús, se arrodillaron y le ofrecieron sencillos dones. María les agradece con dulzura y agrega: "Les agradezco por todo, sin embargo, ahora quisiera orar con ustedes porque muchos no quisieron acoger a Jesús que estaba por nacer".

Después de esto, desapareció instantáneamente esta segunda escena y apareció la tercera. Vi en Jerusalén los Magos que preguntaban por Jesús, pero nadie sabía darles información al respecto; hasta que vieron levantarse de nuevo la estrella cometa que los guiaba hasta el establo de Belén. Extasiados y conmovidos, observan al Niño Jesús, se inclinan rostro en tierra para adorarlo profundamente y luego le ofrecen dones preciosos. María les agradece y les dijo luego: "Ahora deseo orar con ustedes porque muchos hombres no quisieron adorar a Jesús".

Hasta aquí la narración de la Navidad según Jelena. Agregamos que ese mismo año, el 15 de diciembre, la Virgen sugirió los siguientes temas de meditación para los días de la Novena de la Navidad.

1. Habrán sus corazones, porque Jesús quiere habitar en ellos después de Navidad.
2. Acojan la Navidad con alegría.
3. Purifíquense para la Navidad.
4. De ahora en adelante, permitan que Jesús ocupe el primer lugar en sus corazones.
5. Permitan que sólo Jesús los colme de alegría.
6. Permitan que el amor esté presente en cada una de sus palabras.
7. Nace el Hombre - Dios que desea el mundo unido.
8. Vivan en Jesús.
9. No se aparten de la Navidad.


A continuación, algunos mensajes de aquel mismo año sobre la Navidad

16 de diciembre: "¡Queridos hijos: procuren que de la iglesia emane la fragancia de Navidad! ¡Y que la Navidad esté ya en los peldaños de su casa! Purifiquen sus corazones, de manera que estén listos para recibir a Jesús en Navidad. ¡No permitan que las cosas materiales tomen la delantera sobre la Navidad de Jesús! Queridos hijos, Jesús nace: ¡recíbanlo con un corazón alegre!".

18 de diciembre: "Queridos hijos: deseo que cada uno de ustedes prepare en su corazón el pesebre para Jesús".

21 de diciembre: "Queridos hijos: deseo que ustedes sean como una flor que florece en Navidad para Jesús; una flor que no se marchitará, y que nunca cesará de florecer aún cuando la Navidad halla pasado. Deseo que sus corazones sean como los pastores de Belén delante del pesebre de Jesús".

25 de diciembre: "¡Deseo que esta sea para ustedes una Navidad luminosa!".



 Mensaje de la Santisima Virgen Maria Reina de la Paz del 2 de diciembre de 2011 y reflexión del padre P. Francisco Verar H.

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 Mensaje de la Santisima Virgen Maria Reina de la Paz del 2 de noviembre de 2011 y reflexión del padre P. Francisco Verar H.

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 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de agosto de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

"Queridos hijos: Hoy los invito a orar y a ayunar por mis intenciones, porque satanás quiere destruir mi plan. Aquí inicié con esta parroquia y he llamado al mundo entero. Muchos han respondido, sin embargo es enorme el número de aquellos que no desean escuchar ni aceptar mi invitación. Por eso, ustedes que han dicho SÍ, sean fuertes y decididos. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!

Comentario del Mensaje del 25 de agosto de 2011

El mensaje de este 25 de mes tiene un matiz algo particular, toda vez que de manera enfática la Madre invita a sus hijos a responder con prontitud a una llamada especial, por lo que se hace necesario recordar, que la razón fundamental del porqué la Virgen María aparece en Medjugorje —desde el 24 de junio de 1981 hasta el presente—, no es otra que la conversión de la humanidad y la reconciliación del mundo entero. Téngase en consideración que el 26 de junio de 1981, mientras sostenía una gran cruz entre sus manos —y lágrimas en sus ojos— mencionó: "He venido aquí porque hay muchos y verdaderos creyentes, deseo estar con ustedes para convertir y reconciliar el mundo entero… Paz, paz, paz, reconcíliense… sólo la paz. Hagan la paz con Dios y entre ustedes mismos. Para eso es necesario creer, orar, ayunar y confesarse." Ahora bien, han pasado 30 años y dos meses de aquella apremiante llamada y advierte que su plan está a punto de desmoronarse a causa de satanás.

Sería temerario que alguien presagiara las formas posibles de hostilidad con la que el Maligno quiere destruir los proyectos de María; en vista que ni siquiera Ella los precisa. Sin embargo, cabe destacar, que en años pasados utilizó una expresión similar cuando empezaron las guerras del Golfo Pérsico, la de los Balcanes y cuando cayeron las torres de NY. También manifestó expresiones afines al abandonar sus hijos la vivencia de sus mensajes —debido a la influencia del materialismo o al aferro del pecado— o bien, frente a la hostilidad creciente a sus apariciones. No obstante, se subraya, sea cual fuere el ataque del "príncipe de la mentira" Jn 12.31 contémplese que el mismo pasa por la mente de los seres humanos, quienes a fin de cuentas no pocas veces "se ponen en sus manos sin discernir lo que hacen". Obsérvense al respecto los innumerables datos de la Sagrada Escritura, los pensamientos que pasaron por la mente de Hitler, de los organizadores de los gulags soviéticos, de los terroristas, de los miembros de las sectas satánicas, de quienes legalizan el aborto, de quienes equiparan los matrimonios de los homosexuales a los heterosexuales…por nombrar sólo algunos casos. Pero acótese, que sea cuales fueren las embestidas del demonio, la Madre ha enfatizado que con la vivencia de sus mensajes se puede desarmar.

De cara a este nuevo mensaje no hay cabida entonces para cruzarse de brazos y permanecer indiferentes, sino que por el contrario, se debe considerar que es hora de doblar rodillas, orar y volver a la práctica del ayuno.

A dicho tenor, reflexiónese que Ella ha indicado que la mejor forma de ayunar es a "pan y agua." Y de esta manera se recuerda una antigua práctica bíblica que estuvo en boga por siglos en la Iglesia; particularmente, los miércoles y los viernes. El primero se hacía por los pecadores, en vista que la traición de Judas se recordaba ese día, y el segundo se asociaba a la Pasión de Cristo. Se evidencia entonces, que la Madre ha dicho que el ayuno "puede prevenir las guerras y si estas han empezado hacer que cesen." Que "el ayuno puede detener hasta las calamidades naturales." Y aún: "que cualquiera gracia que se le pida a Dios, como la curación de un enfermo o la conversión de alguno, es necesario acompañar la oración con el ayuno." Y puntualiza que "sólo los enfermos están dispensados del mismo". Por otro lado enfatiza: "el ayuno es necesario para poder orar con el corazón." Y obsérvese, también, como indica este mes, que el ayuno es necesario para desarmar a satanás.

Cada cual, entonces, organiza sus días de ayuno como pueda y según las circunstancias lo permitan. Pero no se olvide que la Madre no habla de abstinencia o penitencia en general sino de ayuno, y que por lo mismo está invitando a sus hijos a la privación prolongada de las habituales bebidas y comidas.

Muchos preguntan ¿Cómo ayunar? Por lo que la Madre precisa: "el mejor ayuno es a base de pan y agua todo el día" ¡Pero adviértase que no es la única forma de ayunar! Pero el ayuno que propone la Virgen comienza después de la cena del martes o del jueves y se prolonga hasta el desayuno del jueves o del sábado. Nótese que en español la palabra "des-ayuno" está compuesta del prefijo latino "des-" que expresa negación y significa "salir de" o "terminar de", y la palabra "ayuno" del latín "ieiunum" que quiere decir "vacío". De lo cual se observa que la palabra desayuno significa textualmente: quitarse lo vacío del estómago.

La Virgen ha dicho que sólo "los enfermos están dispensados del ayuno" lo cual para muchos podría sentirse exagerado. Pero también podría verse exagerado el ayuno de Jesús en el desierto 40 días, porque ni siquiera quiso tomar pan o agua: También pueden verse exagerados los ayunos de san Francisco de Asís y de santa Clara quienes hacían tres cuaresmas a pan y agua cada año, fuera del ayuno de los miércoles y de los viernes —¡y adviértase además, que santa Clara agregaba además el ayuno de los lunes! Todo puede verse exagerado, sin embargo, para quienes ayunaban por amor y la conversión de las almas era un medio de santificación y de intercesión eficaz por la humanidad. Quizá los "exagerados" hoy sean los cristianos que han dejado de ayunar y hacer penitencia por considerar que la comida, la diversión, los placeres son más importantes que el sacrificio por el bien de las almas. No se olvide entonces, que la Madre dice hoy en Medjugorje: "Hoy los invito a orar y a ayunar por mis intenciones, porque satanás quiere destruir mi plan".

Sobre la oración acompañada de los ayunos se puede pensar en las vigilas ante el santísimo, las 40 horas de adoración, Horas Santas, rezar cada día las tres partes del santo rosario, la Liturgia de las Horas e incluir en las preces del Oficio y de las eucaristías pedir por las intenciones de la Virgen María en Medjugorje. Se recuerda que para la Madre este tiempo predominantemente, es un tiempo de oración. Nadie sabe lo que pueda venir para el mundo si desatendemos las exhortaciones de María, sin embargo todo hijo suyo sabe que todos los males se pueden detener con la oración y el ayuno. Recuérdese que cuando comiencen a verificarse los "secretos" que la Virgen ha anunciado será demasiado tarde. Recuérdese que es ahora de ayudar a la Gospa.

María inició un plan en Fátima que debe concluirse en Medjugorje. Y obsérvese, que cuando terminan los "secretos" del Santuario Portugués comienzan entonces los del Santuario Bosnio-croata. Y en esto todos los cristianos católicos que conocemos el mensaje somos responsables de lo que se avecina para el mundo.
Recientemente Iván Dragicevic —uno de los videntes de Medjugorje que aún tiene las apariciones diarias— mencionó en una entrevista: "un día cuando las cosas serán reveladas,se comprenderá [todo], se les abrirán los ojos. Cuando sucedan los cambios físicos que ocurrirán en el mundo, comprenderemos porqué Ella venía todos los días. El tiempo que tenemos por delante es de suma responsabilidad. Cada cual es responsable. Cada familia es responsable. Debemos guiar nuestras familias espiritualmente y fundamentar nuestra vida en el Evangelio, poner en práctica lo que el Evangelio enseña. Este es el mensaje de estos 30 años. No es una novedad, lo sabemos de la Iglesia. Pero nosotros no lo vivimos. La Virgen nos invita a ser responsables." (cf.www.temponuovo.net)

Se recuerda entonces, que la Madre solicita urgentemente la intervención de los que han dicho "SI" para derrocar las huestes de satanás, toda vez que él quiere las guerras, quiere destruir el plan de María y de Jesús, y quiere arrancar la fe de los hijos de Dios. Téngase en cuenta, que el más grande "secreto" ya ha sido revelado por María en Medjugorje: satanás puede ser vencido por medio de la "oración y del ayuno."

Este mes, tenemos el encargo de "orar y ayunar" por las intenciones de la Madre. Cada cual debe preguntarse cómo responder y de hacerlo con la responsabilidad de "salvar" el plan de María. No hay tiempo que perder. El Maligno como León rugiente busca a quien devorar (cf. 1 Pe 5:8) y la Madre por su parte, quiere arrastrar su cola y la de todas sus huestes, hasta los niveles más bajos del infierno. Y para lograrlo necesita nuestras oraciones, sacrificios y ayunos.

No quiere cristianos light, "bajos en calorías" espirituales, cómodos, materialistas… Ya que esos no producen frutos de santidad; nunca los han producido en la historia de la Iglesia. La Madre, por el contrario, requiere de personas "firmes y decididas", que estén dispuestas a renunciar a sus placeres hedonistas y a inmolarse espiritualmente por la salvación de las almas.

Suficientes signos, suficientes llamadas, demasiados frutos en Medjugorje que confirman la autenticidad de las apariciones de la Inmaculada Auxiliadora. Medjugorje es el pulmón más espiritual del mundo en estos momentos y aún una gran masa permanece indiferente. ¡Qué pena para María!

No hay que esperar que los demás comiencen a orar y ayunar. Pregúntate tu ahora se lo estás haciendo como se debe, como tu Madre te lo pide; por sus intenciones y el futuro del mundo. ¡Es hora de despertar y de responder como verdaderos creyentes! Hay que dejar a un lado tantas recreaciones inútiles, deportes excesivos y fanáticos, navegaciones prolongadas por la internet, tiempo perdido en las redes sociales, en los chats, en la televisión, en diversiones nocturnas… y tomar, ininterrumpidamente, la corona del santo Rosario. Recuérdese que hay que salvar el proyecto de María. Y por lo mismo, también hay que saber renunciar a los proyectos personales para volver a la práctica semanal del ayuno, dos veces a la semana a pan y agua.

Oremos:
Oh Madre, queremos ayudarte en este siclo particular de la historia de la humanidad. Yo soy responsable de tu proyecto de paz para el mundo y de la conversión de muchas almas. Por eso te ofrezco mi corazón: para ayudarte a derrotar a satanás, príncipe de la mentira.

Madre de Dios y Madre mía: ayúdame a decir "SI". Tu Corazón Inmaculado me necesita, Hazme entender que puedo colaborar contigo por medio de mis ayunos, sacrificios y oraciones continuas.

María, te entrego una vez más mis disposiciones espirituales para continuar ayunando con el corazón.

Tu Madre has dicho que quienes no pueden ayunar por enfermedad pueden sustituir el ayuno con las obras de misericordia hacia los pobres. Por ellos también te ofrezco mis renuncias de comer y beber.

Gracias María por invitarme a colaborar contigo por el bien de los demás: sé que Tú me necesitas y no quiero defraudarte. Por eso renuncio al miedo, a toda forma de desánimo, a la acedia, y a la negligencia espiritual y a cualquier forma de esclavitud vinculada a la dependencia de los vicios y a las comidas y bebidas. Quiero ser libre para siempre del apetito desordenado y al consumo de sustancias tóxicas. María hazme dócil a tus inspiraciones, quiero colaborar contigo, quiero ayudarte, por eso te ofrezco este mes mis ayunos y sacrificios de los miércoles y viernes, y todas mis oraciones: para que tus proyectos se puedan realizar y satanás pueda ser vencido.

San Miguel Arcángel, defiéndenos en la lucha. Sé nuestro amparo contra la perversidad y acechanzas del demonio. Que Dios manifieste sobre él su poder, es nuestra humilde súplica. Y tú, oh Príncipe de la Milicia Celestial, con el poder que Dios te ha conferido, arroja al infierno a Satanás, y a los demás espíritus malignos que vagan por el mundo para la perdición de las almas. Amén.



 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de junio de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

"¡Queridos hijos! Agradeced conmigo al Altísimo por mi presencia entre vosotros. Mi corazón se regocija mirando el amor y la alegría en la vivencia de mis mensajes. Muchos de vosotros habéis respondido, pero espero y busco a todos los corazones adormecidos que se despierten del sueño de la incredulidad. Acercaos aún más hijitos, a mi Corazón Inmaculado para que pueda conduciros a todos hacia la eternidad. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!"

Comentario del Mensaje del 25 de Junio de 2011

Al cumplirse los 30 años de la Primera Aparición de la Virgen María en Medjugorje, la Madre ha dado un bello mensaje. El mensaje de este mes comienza diciendo: “¡Queridos hijos!: Agradezcan conmigo al Altísimo por mi presencia entre ustedes.” En esta primera parte, la Madre expresa su alegría porque el Altísimo le ha permitido aparecerse 30 años en la Iglesia. Los videntes la vieron sumamente contenta y alegre. Sin embargo, el mensaje comienza con una exhortación específica : “Agradezcan conmigo”. Esto quiere decir, que la Virgen espera que sus hijos vivan Su alegría y que sepan “agradecer” como Ella por el Don de su presencia en Medjugorje. Una manera de responder a esta primera exhortación durante este mes es por medio del santo Rosario. Es decir: cada vez que se rece el Rosario durante este mes, en las intenciones iniciales, se puede ofrecer la corona como acción de gracias a la Trinidad Santísima por permitir a María aparecer por 30 años. También se pueden ofrecer Eucaristías por esta misma intención, Horas Santas e incluir esta petición de acción de gracias en la Liturgia de la Horas; como también: ofrecer ayunos de agradecimiento a Dios por el Don de las Apariciones más largas de la historia.

Luego, el mensaje dice: “Mi corazón se regocija mirando el amor y la alegría en la vivencia de mis mensajes.” Una de las notas particulares que expresa el contenido de los mensajes de la Madre en Medjugorje, es la referencia continua al agradecimiento. Por lo común, sus mensajes terminan con “gracias por responder a mi llamada” o bien, cuando habla por medio de Mirjana: “les agradezco”. Estas expresiones reflejan el trato cortés de una madre que se dirige a sus hijos con cariño y esperanza motivadora; aunque muchas veces la respuesta no sea tan efectiva. El mensaje de este mes —que por otro lado coincide en esto con los de otros Aniversarios— pone en evidencia el agradecimiento en la vivencia de los mensajes y dice además : “Muchos de ustedes han respondido”. Porque la Madre no es indiferente al esfuerzo de tantos católicos en el mundo, que han tomado con seriedad poner en práctica los mensajes fundamentales de la espiritualidad de Medjugorje. Esos mensajes son conocidos por todos: esencialmente la vida de oración continua, que no sólo conlleva el rezo de las tres partes del Rosario cada día, sino, esencialmente, el encuentro personal con Dios cuando se ora. La Madre ha dicho que la oración es siempre un encuentro de amor con Dios y la meditación cristiana es un encuentro personal con Jesucristo. Luego, vivir los mensajes de la Virgen es encontrarse con Dios cara a cara todos los días. Si una persona reza el Rosario mecánicamente y Adora la Eucaristía sin experimentar el amor de Dios, no puede decir que vive los mensajes de la “Gospa”. La vivencia de los mensajes de la Virgen comienza y se desarrolla con la experiencia de Dios en el corazón. La Virgen quiere que cada uno de sus hijos conozca al Dios verdadero y aprenda a caminar con Él. De ahí se desprenden los demás mensajes: ir a Misa todos los días, si es posible, ayunar a pan y agua los miércoles y viernes, leer y meditar la santa Palabra de Dios y la Confesión mensual.

Acercarse al sacramento de la Penitencia también es un encuentro personal con el amor de Dios, y para sacarle el debido provecho, nadie se debe ir a confesar a partir de sus propios criterios ni tampoco examinar su conciencia sobre lo que cree que es pecado u errores cometidos. Sino más bien a partir del pensamiento de Cristo. Mucha gente no se confiesa como se debe por su orgullo: piensan que son humildes siendo soberbios, que son generosos siendo egoístas, que son piadosos cuando en realidad no experimentan el amor de Dios en su corazón… La Madre ha dicho:” No existe en la tierra una sola persona que no tenga la necesidad de confesarse, al menos, una vez al mes”. Vivir los mensajes de la Virgen significa: confesarse debidamente y confesarse, al menos, una vez cada mes; con la puerta del corazón abierta de par en par y examinando la conciencia con las palabras y el ejemplo de vida de Jesús. No según los criterios personales, ni de la manera individual de pensar. Una pregunta fundamental antes de confesarse debe ser : “¿Estoy viviendo como Jesús vivió en mi casa, en mi oficina, en mi colegio, en mi barrio?” “¿La gente que me ve, ve a Jesús en mí?” ¿Por qué no? Y lo que se encuentra es lo que se debe confesar. Hay que confrontar la vida directamente con el evangelio antes de hacer la confesión sacramental. La Madre el mes pasado habló dos veces de la confesión.

El mensaje de este mes también dice: “espero y busco a todos los corazones adormecidos que se despierten del sueño de la incredulidad”. Esta sección de la exhortación de este mes quizá es la más notable, porque en ella la Madre expresa su preocupación por aquellos que aún no se han abierto al don de su presencia extraordinaria en Medjugorje. No es común encontrar esta observación en los mensajes de la Virgen sin embargo en esta ocasión deja entrever, que el marco de la celebración festiva del XXX Aniversario una pena que porta en el Corazón Inmaculado: la indiferencia de muchos. Lo que indica que la Madre no espera que la Iglesia reconozca las apariciones de Medjugorje para que se vivan sus mensajes (“porque será demasiado tarde”, ha dicho) sino que quienes no creen se abran a este vaso de gracia y tomen con responsabilidad la seriedad de la situación, tanto la personal como la del mundo.

En relación a la situación personal se debe recordar que los mensajes de la “Gospa” son un camino de santificación personal, familiar y grupal. Quien se abre a la presencia de María cuenta con una motivación especial, fuera de lo común, para vivir el evangelio. Un sin número de almas, gracias a Medjugorje, hoy son otras personas. Muchos han cambiado radicalmente de vida, muchos encontraron su vocación en la Iglesia. En suma, los frutos de Medjugorje son innumerables. Por otro lado cuando un alma se abre al don de María “que aparece” también coopera con Ella, por medio de la vivencia de sus mensajes, para que el mundo cambie. El 25 de junio de este año la Virgen la habló a Ivanka en la aparición anual de la realización del 1º Secreto. Ivanka, como los otros cinco videntes, conocen perfectamente el contenido, como el día, la hora y lugar de la realización. La Madre sabe que Ivanka no debe hablar de su contenido el cual será dado a conocer por medio de un sacerdote a través de Mirjana. No obstante, le habló de él ¿y por qué motivo? Sin duda: para recordarnos a todos que estamos cerca de los acontecimientos advertidos por Ella desde el principio de las Apariciones. Los “Secretos” son una confirmación de la autenticidad de Medjugorje y una confirmación del Mensaje que la Virgen trae a la humanidad. Pero se debe recordar que los “Secretos” en sí no cambiarán la vida del mundo si no la respuesta a la conversión, la vida de oración y los sacrificios que se hagan. Por eso la Madre invita constantemente a todos a la oración, al ayuno y particularmente a la conversión del corazón a Dios . ¡Treinta años de apariciones diarias y aún muchos no despiertan del sueño de la incredulidad!, lo cual refleja el materialismo y la indiferencia en los que han caído el mundo. Ahora pareciera que el fútbol, los deportes, las modas, las vacaciones, el internet, el trabajo excesivo, el dinero… es más importante que Dios.
La última parte del mensaje es la más sublime y hermosa, la Madre dice: “Acérquense aún más hijitos, a mi Corazón Inmaculado para que pueda conducirlos a todos hacia la eternidad.” Se recuerda que el próximo sábado es la Fiesta anual del Corazón Inmaculado de María. Como en muchos de sus mensajes la Virgen se adapta a la Liturgia de la Iglesia e invita a contemplar las virtudes y delicias que los fieles pueden encontrar en Su Corazón de Madre de la Humanidad. ¡Cargo que desempeña por expresa voluntad Divina! El Corazón Inmaculado de la Virgen es la sede de sus pensamientos, acciones y sentimientos. Es su ser más profundo y más tierno, más amoroso y misericordioso… Pero a la vez es refugio de esperanza para la humanidad y fuente segura de intercesión ante las dificultades contemporáneas. Recuérdese que en Fátima la “Gospa” profetizó: “al final mi Corazón Inmaculado triunfará.” Y Medjugorje es la realización de ese triunfo.

La Virgen lo ha dicho en este mensaje:
«Queridos hijos: También hoy los invito a la oración, ahora como nunca antes, cuando mi plan ha comenzado a realizarse. Satanás es fuerte y quiere arrasar con mis planes de gozo y paz, y hacerles pensar que mi Hijo no es poderoso en sus decisiones. Por eso los invito a todos, queridos hijos, a que con mayor firmeza, hagan una renuncia personal por 9 días; para que con la ayuda de ustedes se realice plenamente cuanto inicié por medio de los «secretos» que comenzaron en Fátima. Los invito, queridos hijos, a comprender la importancia de mi venida y la seriedad de la situación. ¡Quiero salvar todas las almas y presentarlas a Dios! Por eso oremos, para que cuanto ya he comenzado se realice plenamente. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!».

Luego, cuando la Madre dice ahora: “Acérquense aún más hijitos, a mi Corazón Inmaculado para que pueda conducirlos a todos hacia la eternidad” está invitando a sus hijos a asumir la espiritualidad cordimariana. Es decir, aquella dimensión de la espiritualidad mariana que nos introduce en la profundidad del misterio del Corazón Inmaculado de la Madre. El Corazón Inmaculado de María debe ser entonces objeto de contemplación, modelo de virtud para el creyente, refugio de esperanza segura, confianza filial y objeto de culto.

En Fátima la Virgen presentó la devoción a su Inmaculado Corazón como un medio eficaz de intercesión frente a la incredulidad moderna, las guerras, la conversión de los pecadores y de salvación de las propias almas. Y aseguró que los fieles que abrazan tal devoción serían presentados por Ella misma como pétalos de una flor delante del Trono del Altísimo.

Entonces la Madre una vez más pide a sus hijos “acercarse” a Su Corazón Inmaculado refugio y medio seguro de salvación.

Consagración al Inmaculado Corazón de María dictada por Ella misma en Medjugorje, para rezarse el primer sábado de mes:
Oh, Corazón Inmaculado de María, lleno de bondad, muéstranos tu amor.
Que la llama de tu corazón María descienda sobre todos los hombres.
Nosotros te amamos inmensamente. Imprime en nuestro corazón, el verdadero amor, así tendremos un deseo continuo de Ti
Oh María, dulce y humilde de Corazón, acuérdate de nosotros cuando caemos en pecado.
Tú sabes que todos los hombres pecan.
Concédenos por medio de tu Corazón Inmaculado, ser curados de toda enfermedad espiritual.

Haz que siempre podamos contemplar la bondad de tu Corazón maternal y por medio de la llama de tu Corazón, haz que nos convirtamos. Amén.

P. Francisco A. Verar

 

 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de mayo de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

“¡Queridos hijos! Mi oración hoy es para todos ustedes que buscan la gracia de la conversión. Llaman a la puerta de mi Corazón, pero sin esperanza ni oración, en el pecado, y sin el sacramento de la Reconciliación con Dios. Abandonen el pecado y decídanse, hijitos, por la santidad. Solamente así puedo ayudarlos y escuchar vuestras oraciones e interceder ante el Altísimo. ¡Gracias por haber respondido a mi llamado!”

Al inicio de la reflexión del mensaje de este mes, se debe tener presente que dentro de cuatro semanas se cumplen los 30 años de la primera visita que la Madre de Dios hizo a Medjugorje. Se puede considerar además, que en el lapso de este tiempo, es común observar que el mismo día de los Aniversarios, o bien antes, la Madre ha hecho referencia a esa memorable fecha. Por consiguiente, es conveniente tomar como dato dichos elementos al momento de reflexionar este nuevo mensaje.

La exhortación comienza diciendo: “¡Queridos hijos! Mi oración hoy es para todos ustedes que buscan la gracia de la conversión”. Se subraya que por lo general, cuando la Madre aparece y están los peregrinos presentes, Ella ora con sus brazos extendidos sobre todos; especialmente por los enfermos, las familias y los sacerdotes. Pero en esta ocasión, el mensaje comienza destacando que en este tiempo −previo al Aniversario de las Apariciones−, María ora por quienes buscan diligentemente la gracia de la conversión. Apréciese que cuando dice “mi oración hoy es para todos ustedes”, no se debe tomar la frase en forma literal como si sólo estuviera orando el 25 de mayo  −y los demás días no− por quienes buscan la gracia de la conversión. El sentido es otro. La Madre en el mensaje quiere expresar que en este tiempo , y en especial al aparecer delante de los peregrinos, permanece orando por aquellos hijos que buscan la gracia de la conversión. Porque para María eso es lo primero. Si un peregrino va a Medjugorje o lee acerca de las actuales apariciones de la Madre, y no tiene deseo de convertirse, ha perdido su tiempo. Para María todo cuanto pide en Medjugorje se resume en la conversión de las almas. Sin embargo, muchos no sienten la necesidad de cambiar de vida, se conforman con lo que son, y por lo tanto la Madre presenta a la Trinidad Santísima la intención de la conversión. Si María ora por este fin es porque es una urgencia pastoral para los tiempos que se viven. Por consiguiente, quien se esfuerza en vivir la espiritualidad de Medjugorje debe procurar trabajar incansablemente con María en la Pastoral de la Conversión.
 
La Pastoral de la Conversión, se podría afirmar, fue la principal opción pastoral de los profetas en el Antiguo Testamento. Otro tanto se podría afirmar de Juan el Bautista o del mismo Jesús de Nazaret. Cuando el Señor predicaba buscaba siempre la conversión de sus interlocutores, y lo mismo ahora, dos mil años después, piensa María. La Virgen quiere que todos sus hijos se conviertan, que cambien de vida. Que pongan a Dios en el primer lugar de su corazón. Y la conversión es siempre una gracia que Dios da a quien quiera convertirse.
En el camino de la conversión de cada ser humano Dios va por delante. Lo que quiere decir que Él primero ha llamado a la puerta del corazón del hombre para que éste le corresponda. Convertirse significa ante todo: abrirle la puerta del corazón a Dios para Dios entre en él. María ora por esta intención. Recuérdese que cuando la Virgen permanece orando por esta intención, al mismo tiempo, espera que los corazones se abran a Dios. Esa es la razón de su oración.

Todos contamos pues, con la oraciones de la Virgen: para que Dios entre a nuestras vidas y podamos convertirnos. Y cuando Dios visita el corazón del hombre, inmediatamente, el hombre experimenta su miseria, su debilidad, su fragilidad…percibe su pequeñez frente a la Omnipotencia divina. Este el segundo paso de la conversión: cuando el hombre reconoce su pecado y logra pedirle perdón a Dios por haberle fayado.

En la segunda parte del mensaje la Madre dice: “Llaman a la puerta de mi Corazón, pero sin esperanza ni oración, en el pecado, y sin el sacramento de la Reconciliación con Dios.” Esto lo dice la Madre porque muchos se acercan a Ella sin haberle permitido a Dios entrar primero en el corazón. Es un error muy grande en la vida espiritual acercarse a Dios o la Virgen, buscando sólo cosas materiales, sin buscar antes el cambio de vida. Ya lo dijo Jesús: “busquen primero el Reino de Dios y todo lo demás les vendrá por añadidura” (Mt 6:34), sin embargo, en la práctica, la gente invierte la frase: buscan primero las añadiduras para buscar ocuparse luego del Reino de Dios. ¡Gravísimo error!

La Madre, después de treinta años de estar hablando, quiere que sus hijos vivan el evangelio. Que no se queden sólo en palabras. Para María, Medjugorje significa una urgente llamada a la conversión. La conversión es la gran opción pastoral de María en este lugar santo. Por tanto, para vivir la espiritualidad de Medjugorje hay que tomar en serio esta invitación o mejor: la gran Invitación. ¿Cómo? Se ha afirmado que lo primero para lograr este objetivo es permitiéndole a Dios entrar primero en el corazón. Y cuando Dios entra en el corazón, entonces se puede renunciar al pecado. Para Zaqueo no fue difícil renunciar a sus bienes materiales, y ayudar a los pobres, porque primero Jesús había entrado en su corazón. Adviértase, que antes de entrar Jesús a la casa de Zaqueo primero había entrado en su corazón. Y lo mismo ha ocurrido en la vida de los santos: le dieron primero a Dios la posibilidad de entrar en ellos. Francisco de Asís ante el crucifijo de San Damián escuchó una voz que le decía: “ve y repara mi casa que amenaza derrumbarse”. Entendió al inicio que lo que Jesús le pedía era reparar la capillas que estaban deterioradas en Asís, luego se dio cuenta que lo que debía reparar era su alma y de esta manera para repararía la Iglesia. Entonces optó sólo por Dios por medio de su oración y el ayuno. Así Dios entró en el corazón de Francisco y de esta reparó la Iglesia: reparando primero su vida. En Francisco el Evangelio se hizo carne y la carne se hizo evangelio. Si Dios no entra en el corazón del Hombre el hombre el hombre no puede cambiar. Por eso ora María por esta intención. Apréciese que el mensaje de este mes inicia diciendo: “¡Queridos hijos! Mi oración hoy es para todos ustedes que buscan la gracia de la conversión.”
 
 María ora para que la gracia de Dios penetre en el corazón y cuando la gracia de Dios penetra es fácil lo demás, y por lo mismo, también debemos imitar el ejemplo de María: orar por los pecadores. En efecto, Ella ha pedido muchas veces esta intención. Como también lo pidió en Lourdes: durante dieciocho apariciones seguidas le decía a Bernardita Soubirous: “Reza el rosario por la conversión de los pecadores”
y le pidió también que hiciera penitencia por la misma intención. Entonces, cuando la Virgen ora por esto ahora en Medjugorje, se debe responder a la llamada y permitirle a Dios entrar en el corazón. Y una forma concreta de hacerlo es acercándose al Sacramento de la Reconciliación. El Sacramento de la Reconciliación es un verdadero encuentro con Dios, con Jesús, con el Espíritu Santo. La Madre ha dicho en Medjugorje al respecto: “Queridos hijos: no existe en la tierra una sola persona que no tenga necesidad de confesarse, al menos, una vez al mes” También ha dicho: “No se confiesen por rutina, la conversión debe ser en ustedes un estímulo para avanzar en su vida espiritual”. También ha dicho que “la Confesión es medicina para la Iglesia de occidente.” Entonces, la Confesión sacramental es un aspecto esencial de la espiritualidad de Medjugorje.

También en el mensaje la Virgen dice: “Abandonen el pecado y decídanse, hijitos, por la santidad.” Quizá es la parte más importante del mensaje de este mes. Cuando la Madre dice “abandonen el pecado” no se refiere solamente a ir a confesarse. Porque muchas almas se confiesan y no abandonan el pecado. Lo que la Virgen quiere es que se termine con ser esclavo del pecado. Muchas almas se confiesan y no hacen nada para acabar con el apego desordenado a los vicios porque saben que por medio de la confesión podrán recibir siempre la absolución. Un día dijo la Virgen: “no se confiesen para seguir siendo los mismos” y también dijo, que “la preparación para la confesión no debe hacerse con cinco minutos antes sino durante todo un día.” Es porque la Confesión sacramental siempre es una decisión definitiva de la conversión, lo que no significa que no se volverá a ofender a Dio sino que cada vez que alguien se confiesa lo debe hacer como se debe, con el corazón y con el debido examen de conciencia.  

Recuérdese que la Madre en el mensaje también dice: “decídanse por la santidad”. Lo que hace pensar que muchas almas se confiesan sin haberse decidido por ser santo. En realidad, parece incongruente buscar la confesión sin tener en cuenta la llamada a la santidad. Pero ocurre: la gente se confiesa sin el deseo de ser santo.

La santidad también es un don de Dios: pero recuérdese que también es una decisión personal. Dios no puede hacer santo a alguien que no lo desee. Por eso la Madre dice: “decídanse por la santidad” y podría agregar:“entonces Dios los hará santos”. Pero eso se hace imprescindible afirmar lo que al principio se esta reflexión se acotó: nadie que no tenga a Dios en su corazón podrá decidirse por ser santo. Por ende, se le debe invitar a hacer su morada en el corazón frágil del hombre pecador.

Decidirse por la santidad es lo mismo que darle a Dios el primer lugar en la vida, y sin oración es imposible. Porque lo que abre la puerta del hombre a Dios es la oración y sobre todo la oración con el corazón.

Al final del mensaje la Virgen dice: “Solamente así puedo ayudarlos y escuchar vuestras oraciones e interceder ante el Altísimo.” Se recuerda que como Madre María quiere ayudar en todo momento a sus hijos. Pero −como afirma el mensaje−, esta ayuda está condicionada a la respuesta del hombre a la santidad. Es decir: entre más santa es una persona, más gracia recibirá de María, porque Dios es justo. Y no puede conceder igual número de gracias en todos sus hijos si unos responden más que otros. María nos recuerda este principio. Al respecto un día dijo la Virgen: “queridos hijos: ustedes quieren recibir gracias a través de mí pero no quieren orar. Por lo tanto aunque quisiera concedérselas no puedo hacerlo porque no oran lo suficiente. Por eso oren, oren, oren.” Y en el mensaje de este mes dice algo más, dice: “Abandonen el pecado y decídanse, hijitos, por la santidad. Solamente así puedo ayudarlos y escuchar vuestras oraciones e interceder ante el Altísimo.” Entonces, para poder recibir gracias especiales por medio de la intercesión de la Virgen no sólo hay que orar frecuentemente sino que además hay que abandonar el pecado y decidirse por la santidad. Y la santidad hay que vivirla todos los días, de lo contrario no hay verdadera virtud, porque la virtud que sólo se queda en apariencia no es verdadera conversión.

La Madre no trae a Medjugorje devociones nuevas, sino que ha venido esta vez a incendiar el mundo con la santidad de Dios. Después de treinta años de dar espera respuestas generosas de santidad. Lamentablemente, en el lapso  todo este tiempo muchos no han comprendido el propósito de la venida de la Virgen. ¡Ojalá por medio del mensaje de este mes se asimile mejor porque aún aparece en Medjugorje!

Oremos:
Señor, una vez más Te damos gracias por la visita de María. Ella como Reina de la Paz quiere presentarte el mayor número de almas convertidas. Señor hoy Te quiero dar la oportunidad que entres a mi pobre corazón: sólo de esta manera podré convertirme y podré abandonar para siempre el pecado que tanto Te ofende. Señor hoy mismo renuncio a todas las cosas que me separan de Ti: pensamientos, acciones, palabras, gestos, apregos… Hoy quiero ponerte en el primer lugar de mi corazón. Estoy dispuesto a iniciar una vida nueva con María, la Reina de la Paz, la Reina del amor y de la conversión de las almas.

Jesús: acepta mi corazón hecho pedazos por el pecado que habita en mi, por la falta de la recepción de los sacramentos. El demonio me ha entretenido con muchas cosas para que no haga una buena confesión, para que no me acerque a la confesión sacramental a través de la cual Tu quieres limpiar mi corazón. ¡Señor: hazme comprender que está en juego la salvación de mi alma!

Hoy quiero iniciar Jesús una vida nueva. María me ha invitado una vez más a decidirme por la santidad. ¡Ese día por fin ha llegado! Hoy me decido por esa llamada: quiero ser santo para vivir agradándote: para adornar tu Iglesia y trabajar más diligentemente por la salvación de las almas. ¡Señor, hazme tomar conciencia de la responsabilidad que tengo ante la Iglesia como discípulo tuyo! Sé que la santidad no es imposible en mi vida: hoy mismo inicio una vida nueva, por eso Te abro las puertas de mi corazón de par en par, sin algún tipo de reservas.

¡Gracias María porque Tu oras hoy al Altísimo por mi conversión. No quiero que esas oraciones caigan en saco roto. ¡Gracias por ayudarme a convertirme María! En este momento oro por mi conversión, para renunciar para siempre al pecado. Hoy mismo comienzo una vida nueva. Tú me da das la oportunidad de hacerlo.

¡Gracias Señor…! Padrenuestro que estás en los cielos… Dios te salve María….



 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de abril de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

“¡Queridos hijos! Así como la naturaleza muestra los colores más hermosos del año, también yo los invito a que con su vida testimonien y ayuden a los demás a acercarse a Mi Corazón Inmaculado, para que la llama del amor hacia el Omnipotente brote en los corazones de ellos. Yo estoy con ustedes y sin cesar, oro por ustedes para que su vida sea reflejo del Paraíso aquí en la tierra. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

Mientras se acerca el Trigésimo Aniversario de las apariciones de la Madre en Medjugorje, una vez más invita a sus hijos al testimonio de vida. ¡Apréciese que en los últimos mensajes esta exhortación ha sido recurrente! El mensaje de este mes comienza diciendo:“¡Queridos hijos! Así como la naturaleza muestra los colores más hermosos del año, también yo los invito a que con su vida testimonien y ayuden a los demás a acercarse a Mi Corazón Inmaculado, para que la llama del amor hacia el Omnipotente brote en los corazones de ellos.” En esta primera parte del mensaje, la Madre establece una analogía entre los colores que la naturaleza muestra cada año en primavera con el testimonio de vida que los cristianos ofrecen al mundo. Anualmente, la naturaleza muestra un colorido espectacular cuando pasa el invierno, sin embargo, no siempre los cristianos muestran en el mundo “sus propios colores” con su comportamiento. Por consiguiente, la naturaleza puede aventajar con su colorido el mal testimonio de muchos cristianos.
 
Todo ser humano pertenece a una sola creación. Todos provenimos del mismo Dios. La naturaleza que rodea al ser humano —y la humanidad entera—, pertenecen a un mismo proyecto de creación del Único Dios vivo y verdadero. Y dentro de ese proyecto de amor de la creación, Dios Padre previó que la naturaleza mostrara anualmente su esplendor en los colores, olores y frutos. La naturaleza no tendría razón de esta transformación si con ella no embelleciera, ni sirviera de alimento a los animales y al mismo ser humano. Y en la vida del hombre ocurre algo parecido: también el ser humano tiene sus propios colores, flores, olores y frutos. Y este conjunto sirve a la creación más que los colores de la misma naturaleza. Sin embargo, muchos cristianos no son conscientes de su responsabilidad en el mundo y por lo tanto, la Madre lo recuerda. Se esclarece entonces, que como los colores embellecen la naturaleza, la vivencia de las virtudes de los cristianos embellecen al mundo.
 
¿Que representa el testimonio?
 
La palabra testimonio proviene del latín testimonium que significa: una declaración que alguno puede presentar para demostrar o asegurar un hecho. O bien, una prueba que servirá de confirmación de una verdad o de existencia de una cosa. También se puede pensar en la aseveración o reafirmación que asegura algo. Si se aplica estas connotaciones a la vida espiritual del discípulo de Cristo, el testimonio significaría: “declarar”, “confirmar”, “aseverar”, “probar” la realidad de la santidad por medio del ejercicio de las virtudes en la vida cotidiana. Jesús pensó en esto cuando dijo: “ustedes son la luz del mundo”, “ustedes son la sal de la tierra”, “no se oculta una ciudad edificada en la cima de un monte”. También dijo: “en esto conocerán todos que ustedes son mis discípulos: si se aman unos a otros” , “que así brille vuestra luz delante de los hombres, para que vean vuestras buenas acciones y glorifiquen a vuestro Padre que está en los cielos.(cf. Mt 6: 17)Jesús sabía que la lámpara se enciende es con la función de iluminar a quienes están alrededor de ella y no para ocultarla encendida. La Madre ha pensado en todo esto cuando especifica en el mensaje de este mes: “¡Queridos hijos! Así como la naturaleza muestra los colores más hermosos del año, también yo los invito a que con su vida testimonien y ayuden a los demás a acercarse a Mi Corazón Inmaculado, para que la llama del amor hacia el Omnipotente brote en los corazones de ellos.”
 
¿Cómo tomar la santidad con seriedad?
 
Habría que considerar primero que “la santidad en el adorno de la casa del Señor”( Sal 92.5) y la casa del Señor también lo es el mundo en que vivimos. La santidad es la vivencia de las virtudes en grado heroico y la llamada a vivir tal heroicidad es para todo cristiano, no para unos cuantos escogidos. Sin embargo, la decisión de vivir las virtudes en grado heroico siempre es una decisión personal. Y cuando la Virgen habla de dar testimonio en el mundo lo que está pidiendo es que cada hijo suyo se decida de una vez por todas a vivir la santidad. Y tal decisión es una muestra de amor a Dios y al prójimo. Entonces, para vivir la perfección evangélica no es necesario esforzarse mucho en saber comportarse delante de los demás sino más bien decidirse por el amor. Cuando el amor domina el corazón no es difícil, ni imposible, comportarse debidamente delante del prójimo porque el amor vivido espontáneamente en el corazón será el indicador de dirección; marcará en cada momento lo que se debe hacer. Luego, lo fundamental es amar profundamente al estilo Jesús, al estilo María y los santos. A Jesús no le costó vivir la santidad porque Él amaba. Y otro tanto ocurrió en los santos. La llamada que la Virgen hace de testimoniar delante de los demás, que pueda encender la llama del amor hacia el Omnipotente, es una llamada al amor. Sin el amor es imposible dar testimonio. El mejor ejemplo es Jesús, su Madre, sus Apóstoles y los santos. Para dar testimonio, entonces, hay que amar hay que amar. El Cenáculo para los Apóstoles, mientras esperaban al Espíritu Santo, era una escuela de amor; como también lo había sido permanecer tres años con Jesús. Lo mismo fue el Calvario, la lección más grande del amor del Señor. Cuando se ama se entiende el evangelio. Sin amor cuanto hizo Jesús es letra muerta. Era el amor y sólo el amor, lo que impulsaba a Jesús en todo.  Lo mismo ocurría en la vida de los santos. De ahí que para cumplir con este mensaje hay que decidirse por amar evangélicamente. La Madre lo que desea es que el mundo de hoy arda en amor por medio del fiel testimonio de los cristianos.
 
Profundicemos aun el planteamiento con el ejemplo de Santa Teresa de Lisieux. La gran maestra del amor se preguntó muchas veces cómo vivir la virtud y llegar a embellecer la Iglesia —con las mismas virtudes que habían desarrollado los grandes santos— cuando se posee un alma tan pequeña y frágil incapaz de realizar las hazañas de los grandes mártires. Y la vida de comunión con Dios por medio de la oración y el discernimiento espiritual se lo reveló. La doctrina del famoso “caminito” para alcanzar la santidad que expone en “Historia de una Florecilla Primaveral” lo resume de la siguiente forma: Entendí que la Iglesia tiene un cuerpo resultante de la unión de varios miembros, pero que en este cuerpo no falta el más necesario y noble de ellos:entendí que la Iglesia tiene un corazón y que este corazón está ardiendo en amor. Entendí que sólo el amor es el que impulsa a obrar a los miembros de la Iglesia y que, si faltase este amor, ni los apóstoles anunciarían ya el Evangelio, ni los mártires derramarían su sangre. Reconocí claramente y me convencí de que el amor encierra en sí todas las vocaciones, que el amor lo es todo, que abarca todos los tiempos y lugares, en una palabra, que el amor es eterno. Entonces, llena de una alegría desbordante, exclamé: «Oh Jesús, amor mío, por fin he encontrado mi vocación: mi vocación es el amor. Sí, he hallado mi propio lugar en la Iglesia, y este lugar es el que tú me has señalado, Dios mío. En el corazón de la Iglesia, que es mi madre, yo seré el amor; de este modo lo seré todo, y mi deseo se verá colmado»”.
 
El amor pues lo es todo, el amor es el testimonio que la Madre espera de sus hijos.
 
La segunda parte del mensaje también es muy significativa. Dice la Virgen:“Yo estoy con ustedes y sin cesar oro por ustedes para que su vida sea reflejo del Paraíso aquí en la tierra.” Como en otros mensajes, la Madre asegura que está con todos. María ve siempre el corazón de cada uno de sus hijos, es en definitiva la mejor Madre. ¿¡Y si una madre común jamás se separa de sus hijos, cuanto más se puede esperar de la Madre del Cielo!? Esta afirmación de fe la misma Virgen la recuerda frecuentemente en sus mensajes, es para que sus hijos caminen con confianza, con la certeza que Ella está al lado de todos, y que por lo mismo, no hay que temer frente a las adversidades, dificultades, enfermedades… La Madre desde el cielo observa y acompaña cada corazón por la fuerza de Su amor. Todos los cristianos, y todo ser humano en general, son hijos predilectos de María. Por otro lado, también el mensaje recuerda que un componente fundamental de la misión que el Altísimo le ha concedido a la Virgen desde Su gloriosa Asunción a los Cielos es interceder de continuo con sus oraciones por la humanidad. Lo que hace pensar en la importancia que tiene para Dios la oración de la Iglesia triunfante y en especial la de la Madre de Dios. Y a partir de ese ejemplo la Madre inspira a sus hijos a que imiten dicho ejemplo. Es como si dijera: “en vista de que yo como Madre oro sin cesar por todos ustedes, oren también conmigo. Sigan mi ejemplo. Dense cuenta cuan importante es la oración. Les doy un ejemplo para que hagan lo mismo.”
 
El final del mensaje está en estrecha relación con el testimonio que la Virgen pide. Para María, dar testimonio es reflejar con la propia existencia la vida del Paraíso en la tierra, lo que lleva a pensar en un mensaje que en cierta ocasión dijo. Efectivamente mencionó hablando del Paraíso, “que desde la tierra, quien se lo proponga, puede comenzar a vivir la vida del Paraíso, a tal puno que su muerte puede ser una continuación de lo que ya se estuvo viendo en la tierra”. Se refiere entonces, a cierto estado de paz, de amor y de alegría permanente en el corazón que la santidad puede adquirir. Si el hombre se lo propone lo alanza y todo cristiano sabe que la vía que lo hace posible es la oración. Sin que en esta ocasión lo mencione es obvio que sólo viviendo en unión profunda con Dios se puede reflejar el Paraíso en la tierra.
 
Oremos.
Señor, Tu me das a Tu Madre como intercesora para que yo alcance la santidad. La Virgen quiere y espera que todos seamos santos. No se cansa de extenderme la invitación. Señor, ¡quiero colaborar con Ella! Ante todo, abandonándome en tus brazos y en los suyos. ¡Dame Señor hoy mismo el don de la santidad para adornar el mundo con testimonio heroico de las virtudes! Señor, Tu tienes el poder de hacerme santo. Hoy Te lo pido desde lo más profundo de mi corazón: ¡quítame el miedo de vivir las virtudes en grado heroico!, ¡enséñame a confiar más en tu gracia que en mis propias fuerzas! Jesús, Tú y Tu Padre han llevado a los santos, por medio del Espíritu Santo, por el camino de la pequeñez, del amor, de la humildad, de la sencillez. Jesús, quiero recorrer ese mismo camino. Por eso hoy mismo Te entrego mi corazón: ¡Hazlo similar al Tuyo! Jesús, enciende de Tu amor en mi corazón para que yo a mi vez ayude a transformar en amor el corazón de los demás.

Jesús, hoy renuncio a cuanto me pueda separar de Tu amor y del amor hacia mis hermanos.  Renuncio para siempre al pecado y a toda forma de egoísmo que me impida amar.

¡Ven Espíritu Santo, Te necesito. ¡Ven ahora mismo a mi corazón y lléneme de Tus dones, de tu Gracia y Tu poder sanador. Con un corazón herido, reconozco que jamás podrá amar y ser un reflejo del Paraíso. Por eso te pido también que me sanes, que me unjas con tu divina unción. Te necesito Espíritu Santo.

Oh María, Madre del Amor Hermoso: gracias por tus oraciones ante Tu Divino Hijo. También hoy oro unido a Ti por mi santidad: quiero dar testimonio de Tu Divino Hijo en el junto, gracias por estar conmigo y por tus plegarias. Dios te salve María…



 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de marzo de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

“Queridos hijos, de manera especial, hoy deseo invitarlos a la conversión. Que a partir de hoy comience una vida nueva en su corazón. Hijitos, deseo ver su “sí” y que su vida sea el vivir con alegría la voluntad de Dios en cada momento de su vida. Hoy, de manera especial, Yo los bendigo con mi bendición maternal de paz, de amor y de unidad en mi Corazón y en el Corazón de mi Hijo Jesús. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!”

En el día en que la Iglesia Católica celebra la Anunciación del Señor  —y que tradicionalmente también es Día de la Encarnación del Hijo de Dios—, la Madre ha dado un bello mensaje. Comienza diciendo: “Queridos hijos, de manera especial, hoy deseo invitarlos a la conversión.” Es de notar primero, que el mensaje menciona dos veces “de manera especial”. Esta expresión está ligada a la Solemnidad que la Iglesia celebra hoy de la Encarnación de Nuestro Señor Jesucristo. La Madre se une al Cuerpo Místico de su Hijo en la tierra, y recuerda la trascendencia del Día tan especial en que el Arcángel Gabriel la visitó en Nazaret. Por eso dice “de manera especial”. Es como si quisiera decir, “mientras ustedes celebran el Día de la Encarnación de Jesús,  los invito de “manera especial””. Es una forma de destacar la importancia de este día. Luego viene una vez más la llamada a la conversión.

Se recuerda que también el tema de la conversión fue la llamada fundamental del mensaje del 25 de febrero pasado, que reza: “Queridos hijos, la naturaleza se despierta y en los árboles se ven los primeros capullos que darán una hermosísima flor y fruto. Deseo que también ustedes, hijitos, trabajen en su conversión y que sean quienes testimonien con su propia vida, de manera que su ejemplo sea para los demás un signo y un estímulo a la conversión. Yo estoy con ustedes e intercedo ante mi Hijo Jesús por su conversión. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” Entonces, la Madre de Dios reafirma nuevamente la llamada a la conversión. ¿Por qué? Seguramente, porque desde el Cielo ve la superficialidad de la respuesta. Por lo tanto, hay que destacar la importancia que tiene para la Virgen el tema de la conversión.
 
 La Madre está preocupada por la santidad de sus hijos y por lo mismo, vuelve a insistir en lo mismo. Y para convertirse es necesario establecer un proyecto particular que los antiguos llamaban plan de vida. El plan de vida es el proyecto de conversión personal. Y ese proyecto hay que hacerlo con el Espíritu Santo, pues es Él el artífice de la conversión. En el camino de la conversión una parte la hace el hombre la otra el Espíritu de Dios, 50 y 50.
 
¿Cómo desarrollar el plan de vida que pueda responder a la invitación d la Madre?
 
1. Hacer un alto, detenerse. Los antiguos monjes lo llamaban “Statio” (del latín, “estar parado”). Es el momento cuando el corazón se dispone al encuentro con Dios y con la realidad que cada uno vive en su interior, sin ningún tipo de máscaras. La dificultad grande que el hombre tiene para convertirse según la voluntad de Dios, son sus máscaras. Cuando uno hace un alto, cuando se detiene el camino en medio de la monotonía, se entregan todas las máscaras al Señor porque Él conoce al hombre como es. A Dios no se le puede engañar. Es inútil ir con máscaras a Él. La “Statio”, o estación es romper con la rutina. Se trata de rendirle cuenta a Dios de todo, pero bajo la luz del Espíritu Santo.
 
2. El examen de conciencia. Se trata de una introspección, entrar dentro de uno mismo con la gracia de Dios para descubrir las miserias, pero también el amor de Dios que hace posible la conversión. Encontrarse con la miseria personal sin el amor de Dios es peligroso. Puede subestimar al hombre, el hombre sin Dios puede desarrollar un pesado sentimiento de culpa persistente. Por eso hay que recorrer la interioridad personal de la mano de Dios y sin miedo, ya que Dios mismo con Su amor le hace ver al hombre, no sólo las debilidades y esclavitudes sino el medio para vencerlas. El examen de conciencia es siempre obra del Espíritu Santo. Por eso es recomendable para hacer un buen examen de conciencia invocar antes al Espíritu Santo. Dice Jesús que “ el Espíritu Santo es quien convence al mundo del pecado”. Cf. Jn 16:8 Sin el Espíritu Santo el hombre no sabe de qué convertirse.
 
3. Perdonar y pedir perdón. Para llegar al tercer paso hay que humillarse, y es en realidad cuando el hombre se engrandece. No basta tener el deseo de perdonar y pedir perdón, más bien es una decisión y un acto de fe no de la razón. En la conversión es necesario perdonar de corazón a todos aquellos que hallan podido herir con sus gestos, palabras y acciones, como también y perdonarse uno mismo los errores que ha cometido. Por otro lado, es necesario pedir perdón de corazón a Dios y al prójimo de las faltas personales. Y las almas que tienen dificultad para hacerlo, deben orar por esa intención. Pedirle a Dios la gracia para dar el paso.
 
4. Cambiar de actitud. La conversión comporta siempre un cambio de vida. La Madre de Dios dice claramente en su mensaje de este 25 de marzo: “a partir de hoy comiencen una vida nueva en su corazón”. Lo que significa: romper con el pecado, abrirse a la gracia de Dios, cambiar de actitud  y sanar las heridas del pasado que puedan interferir en las decisiones nuevas. Si el hombre se abre a Dios y tiene buena voluntad para cambiar no es difícil alcanzarlo.
 
5. Reconciliación Sacramental. El lugar por excelencia donde se logra la conversión es el sacramento de la Confesión. Cuando la Virgen invita a la conversión está invitando a la confesión sacramental. El hombre por sí mismo no puede perdonarse sus pecados. La Madre ha dicho que “la Confesión es medicina para la Iglesia de occidente.” La Confesión con el corazón, con el debido examen de conciencia y arrepentimiento es la mayor muestra de amor a Dios. Dice Jesús que hay más alegría por un solo pecador que se convierta que no por noventa y nueve que no tengan necesidad de convertirse. Las almas devotas de la Confesión alegran continuamente el corazón de Dios.
 
6. Satisfacción. Dice el Catecismo de la Iglesia Católica:“Muchos pecados causan daño al prójimo. Es preciso hacer lo posible para repararlo (por ejemplo, restituir las cosas robadas, restablecer la reputación del que ha sido calumniado, compensar las heridas). La simple justicia exige esto. Pero además el pecado hiere y debilita al pecador mismo, así como sus relaciones con Dios y con el prójimo. La absolución quita el pecado, pero no remedia todos los desórdenes que el pecado causó. Liberado del pecado, el pecador debe todavía recobrar la plena salud espiritual. Por tanto, debe hacer algo más para reparar sus pecados: debe "satisfacer" de manera apropiada o "expiar" sus pecados. Esta satisfacción se llama también "penitencia".(CIC 1459 ). La penitencia purifica el corazón y ayuda al hombre a reparar el daño causado a otros y al mismo Dios. También por eso la Madre de Dios recomendó ayunar dos veces a la semana a pan y agua.
 
7. Emprender un nuevo camino conforme a la voluntad de Dios. Para cumplir con este paso, luego de la Reconciliación, se debe considerar vivir en la gracia. La Madre nos ha dado las armas. Lo primero la oración diaria con el corazón, rezar el santo rosario todos los días. La Virgen recomienda 15 misterios. Más aún, se puede afirmar que un signo claro que se toma la conversión con seriedad es llevar una vida continua de oración. Porque quien habitualmente saca tiempo para la oración, es quien puede vencer las tentaciones y vivir en la virtud. Teresa de Ávila vio el camino de la conversión como un progreso en los grados de la oración del corazón. También la Madre ha dicho al respecto: “Oren hasta que la oración se transforme en alegría en ustedes.” Por lo tanto, la vida de oración frecuente y con amor, es lo que le da al hombre la gracia de vencer el pecado y vivir en la virtud. La Madre de Dios también recomienda la Eucaristía diaria y la adoración a Jesús Sacramentado, el grupo de oración semanal y la lectura diaria de la Biblia; la confesión mensual y el ayuno dos veces a la semana a pan y agua. Por medio de la vivencia de estos mensajes, se puede vivir sin dificultad la conversión .

Luego en el mensaje la Madre dice: “Hijitos, deseo ver su “sí” y que su vida sea el vivir con alegría la voluntad de Dios en cada momento de su vida”. La primera parte de esta exhortación recae en la decisión personal de cambiar de vida: “Deseo ver su “SÍ” significa tomar la decisión personal de iniciar una vida nueva conforme a la voluntad de Dios. Seguramente hay una analogía entre lo que la Virgen pide y lo que Dios le pidió a Ella el Día de la Anunciación. María no dudó en responder: “Aquí está la esclava del Señor hágase en mi según tu palabra” El “Sí” de María hizo posible la Encarnación del Hijo de Dios. María se entregó totalmente a los proyectos que Dios tenía para Ella y Jesús vino al mundo. Cuando el hombre se entrega a Dios y repite el ejemplo de María, en cierta forma Dios se vuelve a encarnar en Él. Todo depende del “SÍ”. La Madre quiere acciones concretas, no promesas ni reflexiones piadosas. El “SÍ que María pide es el inicio de la vida de gracia en la voluntad de Dios.
 
Luego, en el mensaje la Madre enfatiza el don de la alegría. Ha dicho: “que su vida sea el vivir con alegría la voluntad de Dios en cada momento de su vida.” Para muchos esta parte del mensaje puede significar un verdadero desafío: Vivir alegre su vocación cristiana, vivir alegre la voluntad de Dios y sobre todo, en cada momento de la vida. Y esto no es imposible. Quien toma la conversión con seriedad no tiene problemas para ser feliz. El mejor ejemplo es la vida de los santos.
 
Al final la Madre dice: “Hoy, de manera especial, Yo los bendigo con mi bendición maternal de paz, de amor y de unidad en mi Corazón y en el Corazón de mi Hijo Jesús.” La bendición Maternal de María en este mensaje, es una reafirmación que su persona transmite paz, amor y unidad. Pero quien puede experimentarlo, es quien se abre a Ella. María en cada una de sus apariciones bendice a los presentes y bendice los objetos religiosos que los peregrinos llevan consigo. Pero desde el cielo también bendice, sin —necesidad que aparezca— a quien le abre su corazón. Por lo tanto, esta última exhortación puede ser una invitación de la Madre para que sus hijos se abran a Su amor, a Su intercesión, a Su ayuda.
 
Oremos:

Jesús, gracias una vez más por enviarnos a María. Ella te dio su “si” yo quiero darte el mío.  En este tiempo de cuaresma quiero que reines en mi corazón. Tu Madre me enseña a aceptarte como el Señor de mi vida y de mi historia. Tú sabes Señor las dificultades que actualmente se me presentan para convertirme de corazón. ¡Ayúdame Señor! Yo en estos momentos te abro sin reservas mi corazón. Visítalo en este momento. Aquí estoy delate de Ti.
 
Renuncio con todas las fuerzas de mi corazón al pecado que me esclaviza. Renuncio a mi vanidad que tanto te ofende, a mi apego al dinero, a los bienes de este mundo. Renuncio para siempre a mis intereses egoístas, mis vicios y mezquindades para que sólo tu gracia me pueda conducir.

¡Jesús, manda ahora Tu Espíritu a mi corazón!

Ven Espíritu Santo dame la gracia para renunciar al pecado y a mis apegos y egoísmos: quiero ser todo de Jesús y de Su Madre Santísima.

Ven Espíritu Santo y dime de qué debo convertirme, donde están mis apegos, mis debilidades… Por qué aún no vivo plenamente en la voluntad de Dios.

María intercede por mí ante Tu Divino Hijo: Te acojo una vez más como Mi Madre y Señora de mi corazón. ¡Gracias María por tus mensajes y Tu venida a la tierra: Tu eres la Reina de la Paz, del Amor y de la Unidad! Dios te salve María…

 

 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje el día 25 de febrero de 2011 y Reflexión del P. Francisco Verar

“Queridos hijos: la naturaleza se despierta y en los árboles se ven los primeros capullos que darán una hermosísima flor y fruto. Deseo que también ustedes, hijitos, trabajen en su conversión y que sean quienes testimonien con su propia vida, de manera que su ejemplo sea para los demás un signo y un estímulo a la conversión. Yo estoy con ustedes e intercedo ante mi Hijo Jesús por su conversión. ¡Gracias por haber respondido a mi llamada!

La Madre de Dios sabe que sus mensajes se difunden en los cinco continentes, sin embargo el marco de referencia de donde se dirige a la humanidad es Europa. El invierno ahora ha pasado y reluce la primavera. Y con la primavera un nuevo despertar en los árboles y plantas. Por otro lado, en la Iglesia también estamos por iniciar un nuevo tiempo litúrgico de preparación a la Pascua: Cuaresma. Y en consecuencia, mientras la naturaleza se despierta en Europa a la primavera, nosotros en la Iglesia, a partir del miércoles de Cenizas, despertamos espiritualmente para entrar en Cuaresma. En el hemisferio Sur ocurre lo opuesto de Europa en esta época del año. Pero al igual, hay un cambio substancial en la naturaleza: se pasa del verano al otoño y este cambio coincide además con la Cuaresma. Cuando la Virgen habla —es importante subrayarlo— se dirige tanto a los cristianos del hemisferio Sur como a los del hemisferio Norte; y a quienes residen también en el Ecuador, donde aparentemente en este tiempo no hay cambios significativos en la naturaleza. Se acota, entonces que lo que la Madre fundamentalmente espera de todos sus hijos, es que se decidan con seriedad a vivir la conversión ahora que se entra en Cuaresma; sea en el hemisferio Norte como en el Sur.Pero como aparece en Europa —y Europa pertenece al hemisferio Norte—  asume realidades específicas del lugar donde aparece para transmitir su mensaje.

En el mensaje menciona la Virgen: «Queridos hijos: la naturaleza se despierta y en los árboles se ven los primeros capullos que darán una hermosísima flor y fruto». En esta primera parte del mensaje, a diferencia de otros,la Gospa cambia su tradicional forma de iniciar: «Queridos hijos: también hoy los invito» para referirse a la noción de transformación del medio ambiente que ahora se percibe en Europa. En realidad, los árboles y las plantas nunca «duermen» en invierno; es sólo apariencia, es un modo común de hablar. Y con este mensaje, expresándose de esta forma, la Madre busca motivar a sus hijos a tomar en serio el cambio de vida. Puntualícese que para la María la conversión es siempre el más importante mensaje que trae a la humanidad desde Medjugorje.

Obsérvese la profundidad del mensaje en la siguiente reflexión:
Científicamente se sabe que mientras las hojas caen de las ramas de los árboles en otoño, comienzan aparecer en la corteza unas pequeñas estructuras celulares de tejido esponjoso que llevan el nombre de lenticelas. Las lenticelas permitirán al árbol intercambiar gases entre la atmósfera y el interior de la corteza, en sustitución de lo que antes hacían los estomas en la superficie de las hojas. De manera, quemientras el árbol parece dormir, en su interior, las yemas y las ramas trabajan frenéticamente en la respiración, la fotosíntesis, la división celular, la síntesis de enzimas y la producción de sustancias que en primavera estimularán el crecimiento de las yemas. Esto ocurre cada año: los árboles trabajan en su interior para luego florecer y producir frutos. Y lo que ocurre en ellos cada año, sirve de inspiración a la Madre de Dios para estimular a los cristianos —y a todo hombre de buena voluntad— a trabajar interior e incansablemente en la conversión personal.

Como se ha visto, en los árboles hay dos modos de respirar: por medio de las lenticelas durante el invierno y por medio de los estomas de las hojas en verano. Sin embargo, en el ser humano sea invierno como en verano, el trabajo interior de la conversión se realiza sólo en el corazón, pero cuando la mente toma la decisión de cambiar de vida.

La Cuaresma representa siempre un llamado serio a entrar en una especie de metamorfosis espiritual. Significa: tomar en serio la conversión. Si se toma en serio el cambio de vida, entonces los frutos vendrán por sí solos. La razón del porqué muchas obras en la Iglesia caen por su peso es porque se comienza a trabajar primero por las ramas y frutos en lugar de iniciar en las raíces con la conversión. Recuérdese que los frutos en los árboles —como se ha visto— son corolario de un lento y arduo trabajo interior. Lo mismo debe ocurrir en el ser humano. Es decir, cuando se le dedica tiempo y esfuerzo suficiente a la conversión, consecuentemente las virtudes y obras florecerán. El mejor ejemplo es siempre la vida de los santos. Ellos no pensaron tanto en obras grandes sino en el cambio interior. Los santos resplandecen en la Iglesia no por lo que hicieron sino por lo que fueron, cómo se comportaron, cuán ejemplar fue su manera de actuar para con Dios y para los demás. Y en esa misma línea la Madre de Dios habla a la humanidad, toda vez que quiere que sus hijos adornen con el testimonio de sus vidas el Cuerpo de Cristo y el mundo en el que se vive. Por eso dice: « Deseo que también ustedes, hijitos, trabajen en su conversión y que sean quienes testimonien con su propia vida, de manera que su ejemplo sea para los demás un signo y un estímulo a la conversión».

¿Cómo se puede trabajar en la conversión?
Dedicar tiempo a Dios y a uno mismo. Hacer un alto no es fácil. Las ocupaciones e intereses del hombre moderno se mueven hacia lo que el hombre contemporáneo considera ser lo más importante. Y para muchos la conversión personal no es algo que se le daba prestar demasiada atención. Por consiguiente, para convertirse hay que cambiar de dirección, y es este uno de los significados de la palabra conversión en la Biblia. Y el cambio de dirección es hacia Dios y hacia el interior de uno mismo. Por tanto, quien quiera responder a la invitación de la Madre deberá reordenar su vida desde la voluntad de Dios. Y no es que las demás ocupaciones no sean importantes, si no lo que se busca con la conversión es no descuidar todo lo que se pueda hacer para cambiar de vida. El fin de la conversión es dar prioridad a aquello que más cuenta para Dios y quien se acerca a las Escrituras sabe que para Dios lo que más cuenta es la santidad de sus hijos. Recuérdese que Dios quiere que todos sus hijos sean santos, y cuando la Madre invita a vivir la conversión se hace eco de esa llamada. Dedicar tiempo a Dios para trabajar en la conversión es una muestra de amor hacia Él y al prójimo. El tiempo que se le pueda dedicar a la conversión personal no es tiempo perdido sino recompensado por el mismo Dios. Quien se acerque el Miércoles de Cenizas a la Iglesia, recibirá determinante una llamada mientras recibe la imposición de una cruz con cenizas en la cabeza o en la frente: «conviértete y cree en el evangelio». Y con este mensaje, en cierta manera, la Virgen se anticipa a ese desafío: urgentemente pide a todos el cambio de vida hacia la plena voluntad de Dios. Porque convertirse significa asumir los designios de Dios para dejar a un lado los propios o los del mundo. Por tanto, para entrar en la conversión es necesario encontrarse con Dios y con sus proyectos de salvación para el hombre, es asimilar su voluntad y hacerla norma de vida.

Colaborar con la gracia santificante. Recuérdese que la conversión también es un proceso que nunca termina nunca en esta vida. Puede haber y debe haber un momento de inicio, de rompimiento con el pecado mortal y venial, pero el proceso de conversión no se termina allí. Cuando una persona decide convertirse, decide cambiar de rumbo y arrepentirse de todos sus pecados, decide reconciliarse con Dios y con el prójimo. Da inicio a una vida cónsona a la voluntad de Dios. Pero allí no termina todo, es sólo el inicio de un largo proceso que termina en la muerte, porque las tentaciones siempre vendrán y siempre habrá que luchar con nuevos enemigos de la virtud que crece. Por lo tanto, se debe colaborar siempre con la gracia de Dios y vencer las imperfecciones y el pecado, porque el ser humano no es espíritu puro como los ángeles, ni puede vivir en la tierra la realidad del Paraíso. Recuérdese que habitamos en un mundo imperfecto y tentador que de continuo inyecta su mortal veneno sobre los sanos principios del bien común. Para no abandonar el camino de la conversión, por lo tanto, hay que colaborar con la gracia de Dios tomando partido en decisiones fundamentales de abandonar inclinaciones desordenadas, apartar lo que pueda ser ocasión de pecado y abrirse cada vez más al amor de Dios.

Continua oración con el corazón. Aunque la Madre no lo haya mencionado en esta ocasión, todos sabemos que la oración continua con el corazón, es el medio por antonomasia por medio del cual la gracia de Dios fluye para liberar al hombre de sus ataduras y poder crecer en Su amor. Por ende, trabajar en la conversión también significa colocarse delante de Dios con las puertas abiertas del corazón de par en par. Es pedirle que entre para que venga hacer su morada en él. Cuando el hombre se abre a Dios, Dios mismo le da la gracia de convertirlo a Él. San Agustín rezaba: «Señor, dame fuerzas para lo que me pides, y pide lo que quieras». Si el hombre no se coloca delante de Dios y no le pide la gracia de convertirse como se debe no lo logra por sus propias fuerzas.

Confesión frecuente. Quien desee abandonar el pecado e iniciar una vida nueva, debe acudir frecuentemente al sacramento de la confesión. El ser humano por sí mismo no puede perdonarse sus pecados. La confesión cancela la deuda y restituye la gracia que el pecado hizo perder. Pero este paso que se da al inicio de la conversión debe ser permanente. Es decir, frecuentemente  se debe manifestar a Dios el arrepentimiento por toda acción cometida que le desagrada. Las almas que poco se confiesan no sólo van perdiendo el interés por la confesión y les aumenta el temor de acercarse a ella, sino que es peor: pierden con el tiempo la noción del pecado y se acostumbran a vivir en él, no perciben que a diario ofenden a Dios con sus actos, palabras y acciones. Se recuerda que la Madre en Medjugorje ha dicho: —« no existe en la tierra una sola persona que no tenga necesidad de confesarse al menos cada mes.» Pero en la práctica muchos no saben de qué arrepentirse, otros no sienten dolor por los pecados y las imperfecciones que cometen, y otros a fin de cuentas, pierden el interés de vivir en plenitud la santidad. Por eso es necesario, que para trabajar en la conversión, no se descuide el recurso frecuente a la confesión sacramental. Y se destaca la necesidad de acudir al sacramento porque no basta que el mismo hombre le pida perdón a Dios por sus pecados. Es necesaria la mediación humana —y de la Iglesia— para recibir la absolución y lucrar indulgencias. O sea la remisión total o parcial de la pena por los pecados cometidos. Recuérdese por otro lado, que antes de acudir al sacramento de la confesión, es necesario prepararse con el debido examen de conciencia. San Ignacio de Loyola aconsejaba practicar frecuentemente dos exámenes de conciencia:el examen general, por el cual se examina la conciencia de todas las faltas y pecados que se puedan haber cometido; y el examen particular, en el que se analizan las faltas contra una determinada virtud. El primero se debe hacer cada semana y el segundo, al menos dos veces al día a fin superar una determina inclinación contra la virtud. También es recomendable, antes de ir al confesionario, preparase con oración durante el día y pedir la gracia para hacer una buena confesión. Y para quienes se ponen nerviosos o temerosos al momento de la confesión, y por ende olvidan con facilidad los pecados, convendría llevar algunas palabras o frases por escrito a fin de recordar con mayor precisión las faltas. Se debe tomar en cuenta que «se deben confesar todos los pecados graves aún no confesados que se recuerden después de un diligente examen de conciencia. La confesión de los pecados graves es el único modo ordinario de obtener el perdón» CCIC 304 y «todo fiel que haya llegado a uso de razón, está obligado a confesar sus pecados graves el menos una vez al año, y de todos modos antes de recibir la sagrada comunión.» CCIC 305 Y en cuanto los pecados veniales «la Iglesia recomienda vivamente la confesión de ellos aunque no sea estrictamente necesaria, ya que ayuda a formar una recta conciencia y a luchar contra las malas inclinaciones, a dejarse curar por Cristo y a progresar en la vida del Espíritu.» CCIC 306.

Tomar decisiones firmes de abandonar los malos hábitos. Quizá sea los más difícil pero no imposible. Como se ha visto, la conversión implica un cambio de conducta, de pensamientos y de deseos pero también conlleva adquirir una nueva conciencia y un nuevo corazón. Sin la firme voluntad de dejar a un lado las costumbres indecorosas es imposible trabajar debidamente en la conversión. Y en esto también se le debe pedir a Dios la gracia para lograrlo. O sea una firme y diligente voluntad para transformar los llamados defectos de carácter. Recuérdese que la conversión no es otra cosa que ir asumiendo poco a poco la vida de Jesús. Es poder hacerse para el mundo Su imagen y semejanza. Quien trabaja como se debe en la conversión se hace uno con el Señor. Y téngase en consideración que Dios respeta la voluntad del hombre. Cualquiera puede tener firmemente el deseo de cambiar pero si no renuncia a las costumbres e inclinaciones de los defectos de carácter, seguirá siendo el mismo. Al respecto, algunos místicos distinguían en el pasado la diferencia entre la segunda conversión y la primera. Para ellos la primera conversión era el paso de la vida de estado de pecado a la vida de gracia. Y la segunda, y el paso de la vida de gracia a la vida de santidad. Tómese en cuenta que la Madre está combatiendo 30 años contar el mal para que sus hijos en la tierra —que escuchan sus mensajes— se decidan por vivir la santidad. No se le debe defraudar.

Al final del mensaje la Madre dice:«Yo estoy con ustedes e intercedo ante mi Hijo Jesús por su conversión» La Virgen no deja sólo a ningún hijo suyo en la tarea del cambio de vida. ¿Cómo ayuda? ¿Cómo intercede? Ante todo con sus oraciones. La Virgen en el Cielo ora por cada hijo suyo para que la gracia de Dios fluya en sus corazones. Pero tómese en consideración que ora más por aquellos que más buscan su intercesión y más recurren a Ella, toda vez que la Madre en el Cielo vive en la justicia Divina. Por eso es importante rezar frecuentemente Su Rosario y abrirse siempre a Su Amor Materno. Por eso es importantísimo en el camino de la conversión invocar a María, meditar en sus virtudes y abrirse a su intercesión materna.

Oremos:
Señor, pongo frente de Ti mi corazón imperfecto, todas mis miserias y mis egoísmos. Hoy Tu Madre me ha invitado una vez más a convertirme, a trabajar en el interior de mi corazón. Me ha hecho ver que es lo primero en todas mis ocupaciones. No permitas que pase por inadvertido este mensaje. En la medida en que me comprometa a vivirlo, sé que te agradaré más y agradaré más Su Corazón Inmaculado.
Señor se que sin tu gracia no podré jamás convertirme, cambiar mis hábitos de conducta y los defectos de carácter que te desagradan. Por eso en esta oración me abro a Tu amor Divino invocando el artífice por excelencia de la conversión: el Espíritu Santo.
Señor, nunca los Apóstoles se convirtieron tanto a Ti como el Día que recibieron el Espíritu Santo en el Cenáculo de Jerusalén. Tu Espíritu Santo los hizo reconocerte como Su Dios y Señor. Les dio la gracia de amar Tu santa voluntad por encima de todo y cada una de las palabras que les habías enseñado. De igual manera hoy yo me abro a la gracia de Tu Espíritu.
Ven Espíritu Santo y convierte mi corazón a Jesús y a los designios del Padre para mí. Con tu presencia en mi corazón podré renunciar para siempre al pecado y a todos los defectos e imperfecciones que me acompañan y Te desagradan tanto.
Espíritu Santo ven a mí, Te necesito. Tu convertiste el corazón de los santos hacia Jesús. Ven hoy y del mismo modo convierte el mío. Ven con Tu poder, ven con Tu fuerza, ven con Tus dones.
Dame la gracia que necesito para vivir en plenitud la santidad, para renunciar a las imperfecciones y abrirme cada vez más al amor de Dios.
María Tu eres mi Madre. ¡Gracias por acompañarme en esta tarea! Te acojo una vez más como la Reina y Señora de mi corazón que me conduce a Jesús el Salvador del mundo. María, Tu eres la convertida por excelencia porque Tu Corazón Inmaculado vivió siempre unido a la Santísima Trinidad. María, haz mi Corazón similar al Tuyo. ¡Gracias por tus mensajes y tus oraciones por mi conversión personal y mi santidad!



 Mensaje de la Santísima Virgen María Reina de la Paz desde Medjugorje del 2 de febrero de 2011 y Reflexión del p. Francisco Á.  Verar Hernández

“Queridos hijos, se reúnen en torno a mí, buscan su camino, buscan, buscan la verdad, pero olvidan la cosa más importante: olvidan orar correctamente. Sus labios pronuncian innumerables palabras, sin embargo su espíritu no experimenta nada. Deambulando en las tinieblas, también imaginan a Dios mismo según su modo de pensar y no como Él es en realidad en Su Amor. Queridos hijos, la verdadera oración proviene de la profundidad de su corazón, de vuestro sufrimiento, de vuestro gozo, de vuestra petición por el perdón de los pecados. Este es el camino para el conocimiento del verdadero Dios y con ello mismo, también de ustedes mismos, porque han sido creados a Su imagen. La oración los conducirá a la realización de mi deseo, de mi misión aquí con ustedes: la unidad en la familia de Dios. ¡Les agradezco!”

Como información general, se comparte con los amigos lectores la alegre noticia de que el vidente Iván Dragicevic de Medjugorje estará con nosotros los días 18, 19 y 20 de marzo (del presente año), para participar de diversos encuentros de oración. Una experiencia similar se vivió ya en este país, en febrero de 1992 con Marija Mavlovic y el P. Slavko. Ahora la visita Iván nos anima y nos dispone a acoger con más amor y entrega los mensajes de la Madre. Por tal razón les pedimos especiales oraciones por el fruto de esta visita a la ciudad de Panamá.

Hoy, cuando la Iglesia celebra la Jornada Mundial de la Vida Consagrada —en ocasión de la Fiesta de la Presentación del Niño Jesús en el Templo de Jerusalén—, la Madre de Dios nos da un bello mensaje relacionado a la vida de oración. El mensaje comienza diciendo: “Queridos hijos, se reúnen en torno a mí, buscan su camino, buscan, buscan la verdad, pero olvidan la cosa más importante: olvidan orar correctamente. Sus labios pronuncian innumerables palabras, sin embargo su espíritu no experimenta nada.” En la primera parte del mensaje, la Virgen tiene en su pensamiento a sus devotos. Se puede pensar en quienes peregrinan a Medjugorje, pero también en todos los que siguen sus mensajes en el mundo entero y participan en los diversos grupos marianos de oración. También en forma más general, el mensaje refiere a todos sus devotos. Obsérvese que dice: “se reúnen en torno a mí”. Reflexiónese entonces, en todos los que pertenecen a diversas Asociaciones marianas, a los que participan en las fiestas dedicadas a la Virgen, a los que peregrinan a los santuarios marianos, a los que asisten a las procesiones de la Madre…Sin duda, son millones en el mundo los que se congregan en torno a la Virgen María, y como educadora de fe de sus hijos, Ella no quiere que la veneración que se le atribuye quede sólo en devoción privada o pública,  sino que además, el corazón de todos se disponga a lo que es más esencial: experimentar, por medio de la oración, el amor de la Santísima Trinidad. Adviértase que la Virgen no rechaza a nadie. Pero conciencia que lo más importante es la experiencia de Dios. Considérese que Medjugorje es una escuela de fe y de conversión. Es una cátedra espiritual de María de cara a los tiempos que se viven. Es una ayuda del Cielo a la Iglesia para que cumpla a plenitud su misión de ser luz a las naciones y continúe irradiando al mundo el testimonio de Jesús resucitado.

Cuando la Virgen dice: “buscan su camino, buscan, buscan la verdad, pero olvidan la cosa más importante: olvidan orar correctamente” piensa en la salvación de las almas. Ella sabe que muchos de los que van a la Iglesia, que están en la búsqueda de un camino seguro de paz, de amor, de fe, de esperanza, de ánimo, de entusiasmo… en suma, de verdad —frente a las voces discordantes de los mass media— no oran como deben. Por tanto, el mensaje es una invitación a reconocer ese error para rectificarlo. La Madre quiere a todos los discípulos de su Hijo de rodillas junto al sagrario y entorno al altar familiar de oración.

¿Cómo orar correctamente?

Se podría afirmar, a la luz de este mensaje, que lo primero es precisar cómo no se debe orar. La Madre advierte que la oración no es repetir palabras sin fin, ni mecánicamente. Ella no desaprueba la oración continua ni la oración vocal de fórmulas, sino el ejercicio mecánico irracional de la oración. En otras palabras: rezar sin saber lo que se dice, o rezar sin llegar a la experiencia de Dios. La Madre quiere que cada diálogo con el Creador, por muy pequeño que sea, sea provecho para el espíritu humano, y por consiguiente, sea hecho con el corazón; siguiendo el ejemplo de Jesús y de María en la tierra; que guardaban solícitamente en el corazón cuanto el Espíritu les comunicaba. Y recuérdese que orar con el corazón no es difícil, no es algo que rebase las fuerzas y capacidades del ser humano sino una experiencia al alcance de todos. A este tenor la vidente Vicka  gusta repetir a los peregrinos, que la Madre les dio a ellos este mensaje: “la oración no es algo que se pueda aprender por medio de libros o cursos, sino algo que cada hombre, por sí mismo, puede descubrir cuando cada día se coloca delante de Dios. Todos ustedes tienen en su casa una maceta con una flor y cada día colocan en ella una o dos gotas de agua para que crezca. Lo mismo ocurre en la oración. En la oración cada día se pone una o dos oraciones hechas con amor para crecer. De esta manera ustedes pueden aprender a orar y pueden crecer en el conocimiento de Dios.”

Muchas cosas en el campo de la educación y en el orden profesional son más complicadas que orar con el corazón y la gente lo aprende. Por lo que cabe formularse las preguntas: ¿por qué la gente no aprende a orar como se debe y no dedica el tiempo que merece el trato íntimo con Dios? ¿Será acaso que la oración no produce nada económica ni sentimentalmente y no resuelve las aspiraciones materiales del ser humano?

La peculiaridad de este mensaje de la Virgen va en línea directa en la educación de la oración y de la vida espiritual. Obsérvese que la Madre enfatiza que se debe orar “desde adentro”, “desde las profundidades del ser”. Orar “sin reservas de sentimientos”, “ni de pensamientos”. En otras palabras, cuando se ora se experimenta que uno es “todo de Dios”. En la oración con el corazón “Dios visita al hombre” y “el hombre visita a Dios”. Siempre se realiza el encuentro de amor. Lo que los psicólogos llamarían al verdadero diálogo de los sentimientos de una pareja: “el encuentro”. Para ellos el verdadero “encuentro” de la pareja no se logra en la relación genital sino afectiva; por medio del diálogo asertivo de los sentimientos. Y en la oración ocurre exactamente lo mismo: la oración más existencial es aquella que más expresa los sentimientos personales a Dios . Nadie puede orar en el lugar de otro. Como nadie, en una relación de pareja, puede amar en el lugar de otro. Ambos se deciden amar. En una relación interpersonal de pareja no se puede hablar de amor cuando uno sólo es el que ama.  Lo mismo ocurre en Dios. Si Él me ama y yo no, no hay amor pleno en la relación, lo cual sólo se alcanza por medio de la oración con el corazón. La Madre dice: “Queridos hijos, la verdadera oración proviene de la profundidad de su corazón, de vuestro sufrimiento, de vuestro gozo, de vuestra petición por el perdón de los pecados” Esto se traduce en: “cuando ustedes vayan a orar: ábranse completamente sin algún tipo de reservas a Dios, no dejen algún sentimiento por fuera. Entréguense totalmente. No le teman a Dios en la oración. Dios los ama y espera que ustedes se abran a Su amor.”

Ahora obsérvese otro dato interesante de este mensaje. La Virgen dice: “Deambulando en las tinieblas, también imaginan a Dios mismo según su modo de pensar y no como Él es en realidad en Su Amor”. Un día dijo la Virgen en un mensaje del 2 de mes: “Dios es amor, Dios es amor, Dios es amor”. Esto se debe tener siempre presente antes de orar, durante la oración y después de la oración: Dios es puro amor y el amor puro, el verdadero amor y el Único amor. La Madre quiere enseñar a sus hijos a orar como se debe, y advierte, a cuantos mendigan amores pasajeros en el mundo, que no hay ni habrá para el ser humano otro amor como el de Dios. Cualquier casado que haya vivido muchos años un matrimonio estable y agraciado puede corroborarlo.

También el mensaje dice: “Queridos hijos, la verdadera oración proviene de la profundidad de su corazón, de vuestro sufrimiento, de vuestro gozo, de vuestra petición por el perdón de los pecados.” Esta expresión es exhortación a exteriorizar todos los sentimientos y emociones delante de Dios. La Madre habla de “la verdadera oración” para hacer tomar conciencia a sus hijos que fácilmente se puede orar indebidamente. No es que haya dos tipos de oración. En realidad la oración es sólo una: la que experimenta a Dios. La otra será una comedia, una farsa. Orar por medio de fórmulas, sin el corazón, puede ser fácil. Pero no es oración. Orar espontáneamente, sin fórmulas, pero sin sentimientos también es una farsa, es comedia. Recapitulando la enseñanza es que siempre que se ore, sean fórmulas o espontáneamente, hay que orar con el corazón, porque “ la verdadera oración proviene de la profundidad de su corazón, de vuestro sufrimiento, de vuestro gozo, de vuestra petición por el perdón de los pecados.”

Esta experiencia se puede lograr individualmente, pero también por medio del “grupo de oración”. El Catecismo de la Iglesia Católica dice en el número 2689: losGrupos de oración, o “escuelas de oración”, son hoy uno de los signos y uno de los acicates de la renovación de la oración en la Iglesia”,por ende el mejor lugar para aprender a orar, como María recomienda, será el grupo de oración. Para poner en práctica el mensaje de este 2 de mes, se puede visitar el Santísimo y comenzar a exteriorizar los sentimientos, pero también se puede hacer en casa —y en familia frente al altar familiar, y con los amigos—, un grupo de oración. Nótese que la Madre en este mensaje, más que hablar de oración de fórmulas, acentúa la oración espontanea que hace emerger los sentimientos profundos del corazón. Y para alcanzar esto hay que saber desconectarse del medio ambiente, y vencer los temores y prejuicios de la oración que impidan el recogimiento. Quien ha visitado Medjugorje ha podido constatar que los sacerdotes oran espontáneamente y con el corazón, delante del Santísimo Sacramento o del Crucifijo.

En el mensaje la Madre dice:“Este es el camino para el conocimiento del verdadero Dios y con ello mismo, también de ustedes mismos, porque han sido creados a Su imagen.” Esta parte del mensaje es muy importante, refiere dos cosas: la oración con el corazón, la oración espontanea que expresa debidamente los sentimientos, sin algún temor, es: “camino para conocer a Dios” pero también “para conocerse uno mismo”. La persona que ora como se debe, conoce más a Dios y más se conoce a sí misma, porque en el fondo, tanto el Creador como la criatura, no es otra cosa que amor. Pero obviamente, el mensaje va más allá del sólo amor que es Dios. Adviértase, que el concepto amor expresa, cómo síntesis, cuanto Dios es, y como corolario, lo que es el hombre, Sin embargo, la expresión no abarca todo lo que Dios y todo lo que es el hombre. Y cuando la Madre dice que la oración con el corazón “es el camino para el conocimiento del verdadero Dios”, es porque la oración es una aventura a recorrer sin fin. Es sumergirse en el abismo de la inmensidad del ser de Dios que es inagotable. Y lo mismo ocurre con el misterio del hombre; aunque este por naturaleza si es limitado.

Se percibe en este mensaje, por ende, “un rescate” atinado de la real antropología cristiana, que desenmascara la antropología materialista reduccionista del momento, que ve en la diferencia de unos cuantos cromosomas la oposición entre el hombre y el chimpancé. Obsérvese, que es por medio de la oración cómo el hombre logra penetrar el “verdadero conocimiento de Dios y del hombre” que ha sido creado “a Su imagen y semejanza”. O sea, que es la oración la que logra penetrar el misterio que la ciencia por sí misma no alcanza.

San Ireneo, padre de la Iglesia había escrito:"La gloria de Dios es el hombre viviente; la vida del hombre es la visión de Dios". Luego, para conocer a Dios como es y conocerse uno mismo, hay que orar. San Agustín también exclamó cuando conoció a Dios: “Cuando te conocí me di cuenta que tú estabas más dentro de mí que yo de mí mismo”. La Virgen no descarta la teología ni las ciencias humanas que ayudan al hombre a conocerse y ayuda a conocer más a Dios. Pero advierte que es por medio de la oración como el hombre, personalmente, puede conocer al Creador y conocerse a sí mismo.

La última parte del mensaje es una exhortación —como tantas veces ha hecho la Virgen—, para ayudarla a la plena realización de sus proyectos de amor y de salvación de las almas. Reza:“La oración los conducirá a la realización de mi deseo, de mi misión aquí con ustedes: la unidad en la familia de Dios. ¡Les gradezco!” En esta ocasión, se refiere a que si el hombre ora como debe, su corazón y su vida se transforman en un signo visible de conversión para los demás. El corazón Inmaculado de María triunfa cuando el hombre se convierte él en signo viviente del amor de Dios. María quiere que le ayudemos aprendiendo a orar como se debe, con el corazón. Abriendo las puertas de par en par la Trinidad Santísima.
 
Oremos:

Señor aquí estoy delante de Ti. Hoy Tu Madre me invita a orar con el corazón. Quiero ser obediente. Por eso en este preciso momento Te abro de par en par las puertas de mi corazón. Sé que Tú nunca me rechazarás. Ahora, por medio de esta oración: quiero experimentar, aunque sea brevemente, Tu inmenso amor.

Pongo delate de ti todo el sufrimiento que llevo por dentro. Tú me conoces; sabes cuánto he sufrido a lo largo de mi vida. Conoces las heridas profundas que llevo dentro. No oro ahora para que me sanes de esas heridas sino para expresarte todos esos sentimientos amargos. Quizá es esa la razón del porqué aún no me sano de ellos, y del porqué no logro perdonar a los demás. Quizá es esa la razón del porqué hay en mi tanto rencor y porqué no logro aceptar a mi prójimo como es.

He sufrido desde niño, en mi adolescencia, en mi matrimonio, he sufrido como ministro de tu palabra. No te he dicho Jesús toda la verdad de mi vida, aún sabiendo que Tú lo sabes todo. Por eso ahora desnudo mi corazón delante de Ti. Mira todo lo que llevo por dentro: todas mis frustraciones, desilusiones, fracasos, traumas, complejos. He sufrido mucho y no he recurrido a Ti en el dolor y las pruebas, en la soledad de mi vida. Ahora me rindo a Tus pies. Mira mi corazón destrozado por la falta de amor, por los rechazos que he recibido, por las incomprensiones de mi familia. Me siento abatido, lleno de miedo, cansado, muchas veces deprimido, sin sentido. ¡Jesús extiéndeme tu mano poderosa y ven a prisa a socorrerme!

Te doy gracias también  por todos los momentos lindos de mi vida: por mi nacimiento, por mis estudios, los logros que he tenido. Por el nacimiento de cada uno de mis hijos, por mis padres, mis amigos. También debo reconocer que Tu me has fecho feliz. He conocido por medio de Ti, lo que es el verdadero amor, la verdadera paz, la verdadera alegría. ¡Gracias por todas las veces que he recibido Tu preciosísimo Cuerpo y Sangre, por esa felicidad que he experimentado en la Comunión, en el perdón de mis pecados! Por todas esas lindas personas que has puesto en mi camino a lo largo de mi vida. ¡Que me han sabido amar, comprender, que me han aceptado como soy!  ¡Gracias Señor! ¡Gracias por cada gozo que he experimentado! ¡Por mis sonrisas y los gestos de amor que he sabido expresar a los demás! Sobre todo cuando he podido ayudar a mi prójimo en sus faenas y cuando he perdonado con amor a cuantos me han ofendido. Me doy cuenta que así Tu Espíritu actúa en mi vida, y por ello ¡Te doy Gracias!

Ahora te presento mis pecados y Te pido el perdón para cada uno de ellos, por medio de la Confesión sacramental. Ahora que voy a iniciar la Cuaresma, quiero purificarme y reflejar Tu luz con la santidad de mi vida. Perdóname Señor por las veces que Tú no has ocupado el centro de todo lo que hago, cuando no te he amado como Te mereces y he amado a otras personas en lugar tuyo.

Perdóname por no asistir a Misa como debo y no poner atención a las homilías de los Sacerdotes. Perdóname por no amar a mi prójimo como debo, por hablar mal de mis hermanos, por guardar rencor. Por enojarme conmigo mismo y los defectos de los demás. Por no ser honesto en mis labores cotidianas y poner mis intenciones en pensamientos y acciones viles. Por juzgar a los demás, por no ser un buen padre o madre de familia, estudiante, trabajador… Por no vivir mi vida alegre y reconocerte a Ti como el único Señor de mi vida.

Señor: dame Tu Espíritu que me ayude a reconocer el pecado que habita en mi y la acción misericordiosa de Tu amor por medio de los sacerdotes.  

¡Gracias Señor, gracias María!

Ahora la puerta de mi corazón está abierta y puedes entrar en mí, ahora experimento Tu amor y conozco al Dios verdadero. Amén.



 MENSAJE DE LA SANTÍSIMA VIRGEN MARÍA REINA DE LA PAZ DESDE MEDJUGORJE, BOSNIA HERZEGOVINA DEL 25 DE ENERO DE 2011 Y REFLEXIÓN DEL P. FRANCISCO Á. VERAR

Mensaje del 25 de enero de 2011

“Queridos hijos, también hoy estoy con ustedes y los miro y los bendigo, y no pierdo la esperanza de que este mundo cambie para bien y la paz reine en los corazones de los hombres. La alegría reinará en el mundo porque se han abierto a mi llamada y al amor de Dios. El Espíritu Santo está cambiando a una multitud que ha dicho sí. Por eso deseo decirles: ¡gracias por haber respondido a mi llamada!

En la primera parte de este bello mensaje la Madre dice:“también hoy estoy con ustedes y los miro y los bendigo”. La expresión “también hoy estoy con ustedes”, recuerda la gracia de la presencia extraordinaria de la Virgen a lo largo del tiempo que aparece en Medjugorje. Se recuerda que el próximo 25 de junio se cumplirán 30 años de este maravilloso don. La Virgen todavía no ha dicho por cuánto tiempo más continuará apareciéndose, y por lo que se sabe, los videntes no han cometido la imprudencia de volvérselo a preguntar; cómo contrariamente lo hicieron al inicio. Y desde luego, que quienes aún tienen el privilegio de verla todos los días (Ivan, Vicka y Marija) no tienen apuro alguno de que se marche. Por otro lado, Jacov, Ivanka y Mirjana, que tienen la aparición anual, aseguran que la Madre les ha dicho que “continuarán con este don hasta el fin de sus vidas en la tierra.” Entonces, cuando la “Gospa” dice: “también hoy estoy con ustedes” es como si estuviera diciendo: “aprovechen que aún estoy diariamente entre ustedes y aún les estoy hablando cada 25 de mes”; “aún el Altísimo me permite visitarlos y hablarles”; “aprovechen este tiempo”; “ábranse a esta gracia”; “no desprecien mi visita.”
 
También el mensaje dice: “los miro y los bendigo”. Se recuerda que el mensaje del 25 de cada mes lo recibe sólo la vidente Marija, aunque Vicka e Ivan tengan también la aparición al mismo tiempo. Por lo que se debe observar que el uso del plural evidencia la apreciación universal: “los miro y los bendigo”. Muchos peregrinos que han gozado el privilegio de estar cerca de los videntes cuando la Madre aparece, aseguran que aún sin verla, experimentan en profundidad la mirada suya. Pero téngase en consideración que cuando la Madre dice: “ los miro y los bendigo”, no espera que todos los cristianos vayan a Medjugorje con el fin de experimentar su mirada, sino más bien está invitando  a que se abran a la mirada que ya les ha dirigido y que de igual modo: se abran a la bendición ya les ha otorgado donde actualmente viven y trabajan. Por tanto, el mensaje es una invitación a confiar en María, a tener “esperanza” en su intercesión y a caminar siempre bajo su mirada y amor.
 
La segunda parte del mensaje dice: “no pierdo la esperanza de que este mundo cambie para bien y la paz reine en los corazones de los hombres”. Como la gran mayoría de los mensajes de Nuestra Señora, también este se distingue por el optimismo. La Virgen cree en un mundo mejor que juntos podemos construir: en lugar de una transformación a través de una purificación dolorosa de la humanidad la Madre recuerda que no ha venido a anunciar tragedias sino a ayudarnos a prevenirlas. Por consiguiente, el futuro es incierto. Recuérdese una vez más: todo depende de nosotros. Nada está escrito. El futuro está por verse, se juega debido a nuestras oraciones y sacrificios y al empeño que podamos darle a la conversión.
 
Por otro lado, nótese que el mensaje de este 25 de enero de 2011 coincide (como todos los años) con la clausura de la semana de oración por la unidad de los cristianos, y se da en ocasión de la Memoria litúrgica de la conversión de san Pablo. Repárese, que el gran Apóstol de los gentiles trabajó infatigablemente en la transformación de su entorno con la predicación, sus escritos y su testimonio de vida y logró así que una inmensa multitud de gentiles y judíos abrazaran la fe en Jesús. Ahora la Madre espera lo mismo de nosotros. Por lo que nadie debe tener una visión pesimista del futuro y ningún hijo de María debe dejarse arrastrar por el pesimismo que infunden los medios de comunicación social y ciertas corrientes apocalípticas foráneas. Sencillamente, porque la Virgen cree y espera en un mundo nuevo transformado por el amor; y nosotros no podemos ir por otra dirección. ¡Ojalá el mensaje de la Virgen ayude a frenar el pesimismo que occidente avista en el devenir de la humanidad marcada por innumerables desdichas y yerros! Recuérdese que también en Fátima la Madre enfatizó: “al final mi Corazón Inmaculado triunfará.”
 
En el mensaje de este mes también María menciona: “La alegría reinará en el mundo porque se han abierto a mi llamada y al amor de Dios”. Esta expresión obedece al fruto que se experimenta cuando se trabaja la conversión con seriedad porque Dios es alegría, paz y amor, y quien vive en Él no tendrá dificultad jamás para vivir alegremente y en paz. Pero por otro lado, esta parte del mensaje también es una invitación a abrirse al amor de Dios y a las exhortaciones de la Madre. María está invitando una vez más a confiar en Ella y al inmenso amor de Dios que es el lo que transforma los corazones. Por lo tanto, hay ver más allá de los intensos nubarrones que han herido el corazón humano y abrirse de nuevo al proyecto de amor que Dios tiene para la humanidad: Dios nunca dejará de amar al hombre por muchos errores que haya cometido.
 
 La última parte del mensaje es el colofón de todo: “El Espíritu Santo está cambiando a una multitud que ha dicho sí. Por eso deseo decirles: ¡gracias por haber respondido a mi llamada!”. La Madre desde el cielo, ve la respuesta de muchos que no se han quedado en un sentimentalismo estéril y de una equivocada mariana que no asimila la espiritualidad profunda que proyecta los mensajes. La Madre ve y lee el interior de las almas y percibe cuanto el Espíritu Santo está haciendo en muchos que han respondido a los mensajes, y por la misma razón vuelve a agradecer las respuestas a sus llamadas. Es como si dijera: “ustedes que han respondido no se detengan, sigan adelante, necesito aún sus oraciones y sacrificios; ayúdenme a transformar la humanidad”; “no dejen de orar, de ayunar de poner a Jesús en el primer lugar de sus corazones”. Por tanto, en este mensaje a diferencia de otros la Virgen no pide mucho, más bien agradece a sus hijos que han dicho “SÍ” y que están trabajando por el bien de las almas a fin de acelerar el triunfo de Su Corazón Inmaculado.
 
Oremos:
Santa Madre de Dios, una vez más me abro a tu inmenso amor. Tú me has llamado a colaborar contigo por la paz y la salvación de las almas. Hoy me dices de nuevo: “¡Gracias por haber respondido a mi llamada!” Yo sin embargo Te digo: “¡gracias por haberme elegido a mí para ayudarte en este plan de salvación que traes a la humanidad!” Tú eres Mi Madre. Te acojo una vez más como la Reina de mi corazón. ¡Para poder seguir colaborando contigo sé que debo experimentar continuamente cuanto me amas! Tú sabes que los hijos que más responden a sus madres son aquellos que más experimentan su amor. Por eso hoy quiero una vez más experimentar el Tuyo. Aquí estoy Madre delante de Ti. Sé que hoy una vez más diriges Tu mirada tierna y compasiva a mi corazón y me bendices. No quiero poner más barreras entre Tú y yo. Jesús, Tu Divino Hijo se abrió totalmente a Tu amor dándome ejemplo. Por eso también hoy yo me abro a Ti.
Dulce y tierno Corazón de María visita mi alma. Quédate en mi y ayúdame a decir una vez más “SÍ”; quiero seguir colaborando contigo y con tu Divino Hijo. Por eso estoy una vez más delante de Ti y de mi Único salvador Jesús.
Pongo también delante de Ti y de Jesús quienes viven y trabajan conmigo.
Jesús: pon tus manos benditas y sanadoras sobre todos ellos.
Los coloco a todos en las delicias de Tu Sagrado Corazón y del Corazón Inmaculado de María.
Jesús: haz que en todos los corazones de la humanidad reinen el bien y la paz. Derriba las divisiones del odio, los celos, las discordias, las envidas y los rencores. Enséñanos una vez más a amar como Tú nos amaste, hasta el suplicio de la Cruz.
Jesús: haz que en mi corazón triunfe el amor. Por eso te entrego todas mis frustraciones, amarguras, decepciones… todas las heridas emocionales que ido acumulando a lo largo de mi vida: porque quiero tener un corazón nuevo delante de Ti y de Tu Madre Santísima. Por eso mismo hoy perdono de corazón a todos lo que a lo largo de mi vida me han herido: a mi padre, mi madre, a todos mis familiares. A mi cónyuge, mis compañeros, a mis amigos y a todos los hermanos de las diferentes parroquias y comunidades en las que he participado. A los sacerdotes, diáconos y todos los ministros de tu palabra que me han podido herir con sus actitudes y comportamientos.
Señor, ahora te pido que entres a mi corazón con Tu Divino Espíritu y me des un nuevo corazón al inicio de este nuevo año.
¡Gracias  María por Tu intercesión, Tus palabras y Tu bendición maternal!



 MENSAJES DE LA VIRGEN MARÍA REINA DE LA PAZ del 1 Y 2 DE ENERO DE 2011; MEDJUGORJE, BOSNIA HERZEGOVINA y reflexión del padre Francisco Angel Verar

Mensaje del 1 de enero de 2011 en la Colina por medio de Iván

“Queridos hijos, también hoy la Madre con gozo los invita: oren, oren, oren. Oren, queridos hijos, y ayúdenme a la realización de mis planes que deseo llevar a cabo en el mundo y con esta parroquia. Queridos hijos, en modo especial, hoy los invito: oren por las vocaciones en la Iglesia, por la fe firme de mis sacerdotes. Sepan, queridos hijos, que oro siempre con ustedes, que estoy siempre con ustedes cuando atraviesan momentos especialmente difíciles. Por lo tanto, perseveren en la oración, oren conmigo. Hoy deseo decirles: ¡gracias porque han respondido y acogido mis mensajes y los viven!

La santísima Virgen María Reina de la Paz, —cuando la Iglesia Católica celebra la Solemnidad de su Maternidad Divina y la Jornada Mundial de la Paz—, invitó a sus hijos a iniciar el nuevo año con la oración continua. Se recuerda además, que en ocasión del mensaje anual a Jakov, el 25 de diciembre pasado mientras hablaba de los “secretos”, también hizo el triple llamado a la oración . Para María, pues, estos tiempos son tiempos de oración. Como también el tiempo litúrgico de la Navidad lo sugiere. María y José al contemplar al Niño Dios recién nacido, fueron los primeros en adorarle y abrirle el corazón. Lo mismo hicieron los pastores que llegaron al portal y los Magos con sus regalos de oro, incienso y mirra. Los relatos bíblicos del Nacimiento de Jesús invariablemente son: invitación a la oración y a reconocer el cumplimiento de todas las profecías en el Niño de Belén.  

La Virgen, entonces, en el mensaje de inicio de año de 2011, invita una vez más a orar. Y para responder a esta urgente llamada, cada cual puede hacerse la pregunta fundamental: ¿Qué se entiende por oración? Y al responder a la misma se puede pensar en tanto en experiencias personales como en lo que la misma Iglesia enseña. Nótese, que para el Cuerpo Místico de Cristo, “ la oración es la elevación del alma a Dios o la petición a Éste de los bienes conforme a su voluntad” (CCC 534). Entonces, cuando el hombre ora se eleva a su Creador para experimentar su inmenso amor. Esto siempre se debe considerar, porque cuando la Madre pide orar, no está pensando en que sus hijos pasen el día repitiendo Padrenuestros y Avemarías, sino que hagan la experiencia del amor de Dios. Desea, más bien, que el alma se eleve a la presencia de la Trinidad Santísima . Recuérdese que la oración siempre es experiencia de Dios. Por eso la Virgen cuando habla de la oración no refiere a métodos, sólo se limita a invitar a la oración. En efecto, Ella puede decir: “recen el rosario, recen el rosario, recen el rosario”. O bien, “recen las fórmulas que ustedes conocen”, o bien: “recen la Liturgia de las Horas, recen la Liturgia de las Horas, recen la Liturgia de las Horas.” Pero en su lugar dice: “Oren, oren, oren”. Porque la oración es un diálogo con Dios y la Madre deja al hombre la libertad de elegir el método para lograr este diálogo. No obstante, hay que recordar, que lo más importante siempre es abrir el corazón y permitirle a Dios morar en él. Es cuando entonces se alcanza el diálogo con Él. Seguramente, si el creyente respondiera como debe a esta invitación, la Madre no volvería más sobre el tema, pero si lo vuelve hacer es porque de seguro se está fallando en lo esencial de la vida cristiana. Y si se falla en lo básico es porque en la vida práctica —es decir saber orar—, no es tan sencillo. Si nuestras parroquias, colegios y comunidades cristianas fuesen “escuelas de oración”, probablemente la Madre no insistiera tanto en el tema. Y lo mismo se podría decir sobre el ayuno. Pero si insiste siempre en lo mismo, es porque en algo se está fallando. Y en esto hay que ser obediente. Recuérdese que Medjugorje es una escuela; más que un lugar donde aparece la Virgen: la Madre está tanto tiempo con sus hijos para enseñarles, fundamentalmente, a orar y vivir en comunión con Dios y con la Iglesia. De esta manera sus planes se realizan. Si la Madre se aparece por 40 años más y sus hijos no aprenden orar, el plan de María para fracasó. Entiéndase que lo que fundamentalmente Ella desea se resume en dos cosas: la conversión total de sus hijos y la vida frecuente de oración con el corazón. Y el mensaje de este inicio de año puntualiza la comunión con Dios: “Oren, queridos hijos, y ayúdenme a la realización de mis planes que deseo llevar a cabo en el mundo y con esta parroquia.”

Luego, para ayudar a María a realizar sus proyectos, hay que tomar con seriedad la vida de oración con sus expresiones (vocal, meditación y contemplación), sus formas (bendición, adoración, alabanza, intercesión, acción de gracias, petición), sus representaciones (litúrgica, personal y comunitaria) y sus diversos métodos (oración mental, lectio divina, santo rosario, oración de Jesús, oficio divino).

En la segunda parte del mensaje, la Virgen exhorta a pedir a Dios por dos intenciones específicas: “por las vocaciones en la Iglesia y por la fe firme de los sacerdotes”. En muchas apariciones en Medjugorje —particularmente en la Colina—, cuando la Madre habla a los peregrinos, ha invitado a orar para que en la Iglesia surjan más vocaciones. Se refiere particularmente a las vocaciones al sacerdocio y a la vida consagrada. Y en esta ocasión —concretamente al inicio del nuevo año—, la Madre ha vuelto sobre el tema. ¿Sugiere que el año 2011 sea dedicado a estas intenciones? Evidente, no lo menciona directamente. Sin embargo, por hacer suyo este deseo, en este mensaje trascendental al inicio del año, parece claro que para la Madre es prioridad considerar esta intención frente a los retos que nos presenta el amanecer del 2011.  

Las intenciones entonces son dos: orar en la Iglesia por las vocaciones y por la fe firme de los sacerdotes. Las dos intenciones están relacionadas pero son diferentes. Por lo tanto, al tomar el rosario, al frecuentar la Adoración a Jesús Sacramentado, en las intenciones de la Liturgia de las Horas, en los Grupos de Oración y las intenciones de las Eucaristías téngase en cuenta el deseo de la Madre de Dios: que surjan en más vocaciones al sacerdocio ordenado y a la vida consagrada, y que sea fortalecida la fe de todos los sacerdotes. Y orar también significa: promover más las vocaciones en la Iglesia de Cristo. Considérese que apenas hay 410,000 sacerdotes para unos 7 mil millones de seres humanos que habitan el planeta. Definitivamente, si fuéramos más los que estamos completamente al servicio de Cristo, como ministros ordenados, la humanidad sería otra.

La tercera parte del mensaje es alentadora. En ella la Virgen expresa su cercanía a sus hijos, especialmente cuando atraviesan serias dificultades. Apréciese que la Virgen no sólo exhorta a sus hijos en los mensajes a poner en práctica alguna virtud u obra de piedad, sino que además manifiesta su aprecio y sabe consolar a sus hijos en sus necesidades: “ Sepan, queridos hijos, que oro siempre con ustedes, que estoy siempre con ustedes cuando atraviesan momentos especialmente difíciles.” Esta frase está cargada de ternura y solidaridad y por lo mismo conforta, anima y da esperanza frente a las tribulaciones. En suma: María quiere que sus hijos no se sientan abandonados, ni abatidos y que todos encuentren en Ella un sostén, Alguien en quien confiar y esperar.

Al final del mensaje insiste una vez más sobre la llamada a la oración y agradece la respuesta que se le de a su invitación: “Por lo tanto, perseveren en la oración, oren conmigo. Hoy deseo decirles: ¡gracias porque han respondido y acogido mis mensajes y los viven!” Orar con María significa: mantener el corazón abierto mientras el alma se eleva a la Trinidad Santísima; significa orar como lo hicieron los Apóstoles en el Cenáculo tras la manifestación del Espíritu Santo. Junto a la Madre de Dios oremos entonces al inicio de este nuevo año del Señor 2011.


Mensaje del 2 de enero de 2011 por medio de Mirjana

“Queridos hijos, hoy los invito a la comunión en Jesús, mi Hijo. Mi Corazón Materno ora para que comprendan que son la familia de Dios. Por medio de la libertad espiritual de la voluntad, que les ha concedido el Padre Celestial, son llamados a conocer en ustedes la verdad, el bien o el mal. Que la oración y el ayuno abran sus corazones y les ayuden a descubrir al Padre Celestial por medio de mi Hijo. Con el descubrimiento del Padre, su vida se orientará al cumplimiento de la voluntad de Dios y a la creación de la familia de Dios, tal como mi Hijo lo desea. Yo no los abandonaré en este camino. ¡Les agradezco!”

El segundo mensaje para este nuevo año, es una prolongación del primero. En él la Virgen invita a “la comunión en Jesús.” Es una manera específica de decir también: “oren, oren, oren” y de pedir que  no se descuide la vida sacramental, porque estar “en comunión en Jesús”, conlleva recibir el perdón de los pecados y recibir frecuentemente la Eucaristía; como también leer y meditar Su Palabra.

En el mensaje por medio de Mirjana, la Virgen dice además: “Mi Corazón Materno ora para que comprendan que son la familia de Dios” —y obsérvese que la expresión “familia de Dios” aparece dos veces en el mensaje. La “familia de Dios” la conforman todos los bautizados pero se realiza, no sólo por el sacramento del bautismo, sino cuando todos aprendemos a vivir unidos en el amor, la armonía y la paz; cuando se trabaja y se comparte lo que somos y lo que tenemos. Pero la realidad a nuestro alrededor es otra. Y por tanto, la Madre ora por esta intención. Y cuando expresa su preocupación por la unidad y el testimonio fiel a Jesucristo de la Iglesia, parece claro que desea que se hagan suyos, al inicio del año, sus mismos sentimientos y deseos. Nótese que la Madre puede orar en el Cielo por muchas intenciones pero no todas las da a conocer. Si por el contrario, ésta la revela es porque espera que también se ore junto a Ella por esa intención y que se haga cuanto esté al alcance para lograr eficazmente la anhelada unidad y la plena comunión de vida y amor entre todos. Incluyendo, a los demás cristianos no católicos.   

También en el mensaje la Madre dice: “Por medio de la libertad espiritual de la voluntad, que les ha concedido el Padre Celestial, son llamados a conocer en ustedes la verdad, el bien o el mal.” Esta segunda parte del mensaje está relacionada con la primera. Todos los bautizados que siguen a Jesús —y en cierta forma todo hombre creatura de Dios—, goza de plena libertad espiritual de la voluntad. No obstante, se debe recordar, que a partir de la Encarnación del Hijo de Dios y la interpretación que Él hace de la Escritura y Sus propias enseñanzas, la verdad no es relativa sino determinada. Y el discernimiento acerca del bien y del mal,   tiene como punto de referencia la persona histórica de Jesús de Nazaret. Consecuentemente, la libertad y el discernimiento sobre el bien y el mal deben ser encausados en Jesús: en su persona y en lo que Él ha enseñado. La Madre en el mensaje de este 2 de enero, puntualiza dos prácticas de piedad que ayudan a dar el paso: “la oración y el ayuno”, porque ellos abren el corazón y ayudan a descubrir al Padre por medio de Jesús.

Jesús mismo en el evangelio —junto a la caridad—, unió las prácticas de piedad de la oración y del ayuno. Más aún, Él mismo en el desierto, antes de iniciar su obra apostólica, oró y ayunó. Y cuando impartió su primera enseñanza, después de hablar de la limosna, refirió a la oración y al ayuno (cf. Mt 6:1-18). Seguramente, con la intención de destacar que ambas cosas van de la mano. Hemos sido nosotros, los cristianos de este siglo —y de la última mitad del pasado—, quienes hemos separado las cosas. A quien ayuna, se le considera exagerado, anticuado, fanático… Pero también ocurre, que quien ayuna, por lo general, no lo hace como una práctica frecuente sino eventual. Por tal razón hay que recordar, que en 1984 la Madre pidió “ el ayuno a pan y agua todos los miércoles y viernes del año” que no coincidiera con las Solemnidades. Por otra parte dijo también: “para orar con el corazón es necesario ayunar”. Y en otra ocasión mencionó: “que para alcanzar gracias ante Dios, es necesario acompañar la oración con el ayuno.” También dijo: “sólo los enfermos están dispensados del ayuno” y en otra ocasión: “El ayuno puede detener las guerras y se estas han empezado hacer que cesen. El ayuno puede detener hasta las calamidades naturales.” La Madre cuando pide ayunar no se equivoca, quienes se equivocan son los que no ayudan y buscan motivos para no hacerlo: pretender llevar una vida cristiana en plenitud sin ayunar. Obsérvese, que en el mensaje de este 2 de enero, la Virgen recomienda el ayuno unido a la oración para descubrir a Dios Padre y seguir su voluntad revelada en Su Hijo Jesucristo.

En la penúltima parte del mensaje, la Virgen dice: “Con el descubrimiento del Padre, su vida se orientará al cumplimiento de la voluntad de Dios y a la creación de la familia de Dios, tal como mi Hijo lo desea.” María, al inicio de este año quiere que cada uno de sus hijos llegue al conocimiento pleno de Dios Padre por medio de Jesús. Y todos sabemos que el termómetro, por el que se puede tener conocimiento de que esto se logra —lejos de visiones o revelaciones personales—, es el amor divino que se experimenta en el corazón. Cuando se vive la presencia de Dios en el corazón, no es difícil aferrarse a Su voluntad. Para muchas almas, la voluntad de Dios aparece como un gran peso imposible de “cargar” porque va en dirección opuesta a los propios intereses. Y esto ocurre, por la sencilla razón, que se ante pone la Ley de Dios a la experiencia de Su amor. Prospero de Aquitania en el siglo V, acuñó la siguiente frase que se ha hecho célebre en la Iglesia: "Lex orandi, lex credendi" ("La ley de la oración es la ley de la fe") (o: "legem credendi lex statuat supplicandi" ("La ley de la oración determine la ley de la fe"). La ley de la oración es la ley de la fe, la Iglesia cree como ora. Dicho de otro modo, si no se ora ¿cómo se creerá? La Madre lo sabe y por eso invita a todos a hacer la experiencia del Dios vivo por medio de la Liturgia, la oración y el ayuno y a partir de allí construir la “familia de Dios”: con sus valores, virtudes, carismas, talentos y ministerios.  

Al final la Virgen confirma una vez más su acompañamiento personalizado: “Yo no los abandonaré en este camino. ¡Les agradezco!” Desde el Cielo la Madre permanece con todos, pero es obvio que quien le abre el corazón la experimenta más. Una forma de sentirse acompañado de la Virgen es a través del rezo diario de tres partes del Rosario (15 misterios) con el corazón y la meditación frecuente de sus mensajes.   

Oremos:

Gracias Señor por el inicio de este nuevo año. Tú nos acompañaste a lo largo del 2010 y ahora, por medio de María, nos aseguras también Tu compañía y Tu amor en el arco del año que ahora iniciamos.

Señor: yo quiero colaborar con Tu Madre es este proyecto de amor que trae para la humanidad en esta hora particular de la historia. Ella me ha dicho hoy: “ora, ora, ora. Ora, querido hijo, y ayúdeme a la realización de mis planes que deseo llevar a cabo en el mundo y con esta parroquia.” Señor, yo quiero colaborar con Ella porque si colaboro con Ella colaboro también contigo porque Tu la envías a la humanidad para ayudarnos a todos. ¡Gracias Jesús por el ministerio de María para la Iglesia desde Medjugorje!

Jesús, mientras celebro Tu Nacimiento, Te pido con todo el corazón y con todas las fuerzas de que soy capaz: Concédeme al inicio de este año, el don de la oración con el corazón. No permitas que este nuevo año me distraiga y abandone la práctica de la oración frecuente: personal, familiar y litúrgica. Quiero experimentar profundamente tu amor cuando estoy en oración y cuando ayuno; especialmente cuando lo hago por las intenciones de Tu Madre y por los proyectos que Ella desea realizar por medio de sus apariciones en Medjugorje.

Como los Magos de Belén: Te adoro y te ofrezco también mis regalos que no son oro, incienso y mirra, sino el arrepentimiento de mis pecados y el deseo de iniciar una vida nueva. Si Te abro el cofre de mi corazón Te invito a entrar poderosamente en él.

Pongo, junto a mí delante de Ti, todos aquellos que tienen el don de la vocación a la vida consagrada y aún no la han descubierto, o bien confrontan graves desafíos que vencer y servirte. Señor: logra que en este año muchos más jóvenes se decidan por el sacerdocio ordenado y muchas más jóvenes estén dispuestas a dejarlo todos por el ideal de la vida consagrada.

Señor: también te entrego a cada uno de mis hijos y mis familiares, que aún no han optado por el matrimonio, para que puedan discernir y examinar la posibilidad de servirte en la Iglesia por medio de la vida consagrada. Que juntos podamos vencer los egoísmos y las imposiciones de la sociedad de consumo y los materialismos foráneos. Jesús: concédeme la gracia que en mi familia exista, al menos, una vocación a la vida consagrada.

Señor, también Te pido por los sacerdotes: para que a todos les fortalezcas la fe y que ayuden a trabajar por la fe de tu pueblo. Te pido con todas las fuerzas de mi corazón: danos sacerdotes espirituales, abnegados y firmes en sus decisiones de trabajar con verdadero celo apostólico y por la salvación de las almas.  

Ahora Te confío toda mi libertad: haz que pueda encausarla debidamente con la oración el ayuno frecuentes y la práctica sacramental: quiero colaborar contigo, para que tu gran familia de bautizados resplandezca en el Nuevo Año como Luz de todos los pueblos. ¡Gracias Señor por Tu Iglesia!

Oh María, Madre del Verbo Encarnado, ¡gracias por tus mensajes, por cada palabra que sale de tus labios! ¡Gracias por mostrarme a Jesús en esta Navidad!, como se lo mostraste a los pastores y a los Magos que fueron al portal. ¡Ven Espíritu Santo y en enciende el fuego de Tu Amor en mi!